El presupuesto de un Gobierno de izquierdas
En estos días en los que estamos inmersos en el debate sobre cuál debe ser la composición del futuro Gobierno de la Generalitat y ante las diferentes posiciones que existen sobre la fórmula más adecuada (CiU-ERC, CiU-PSC-ERC o PSC-ERC-ICV), propongo aportar un nuevo elemento de reflexión basándome en la decisión que posiblemente refleja mejor la orientación de una acción de gobierno. Me estoy refiriendo a la aprobación de los presupuestos y los valores que hay detrás de esta decisión política.
El punto de partida es la libertad o no de un Gobierno de poder decidir cómo gestionar sus presupuestos. La buena gestión económica que ha hecho el Ayuntamiento de Barcelona estos últimos años ha dejado al equipo de gobierno, formado por el PSC, ERC e ICV-EUiA, una libertad de movimientos que hace posible escoger su decisión sin grandes condicionamientos económicos. Esta gestión ha tenido también algunas consecuencias que no han sido fáciles, por ejemplo una política de personal poco expansiva. Pero esta libertad que tiene hoy el gobierno plural de izquierdas de Barcelona no la tendrá desgraciadamente el próximo Gobierno de la Generalitat. La mala gestión económica de CiU en estos 23 años hace que la situación de la Generalitat sea de práctica quiebra. El primer gran problema con el que se encontrará el próximo Gobierno de Cataluña será la dificultad de poder decidir en buena medida sobre la gestión de su presupuesto.
Los presupuestos que estamos aprobando en el Ayuntamiento de Barcelona son ejemplares en el contenido y en la forma. Respecto a la forma, son fruto del debate y la convivencia de tres sensibilidades políticas que después de las últimas elecciones municipales están más equilibradas. La nueva distribución de las fuerzas gobernantes obliga a un debate provechoso entre ellas. Los gobiernos plurales no se tienen que relacionar con inestabilidad. La ciudad de Barcelona, con una historia democrática de gobiernos plurales de izquierda, nunca ha tenido que prorrogar los presupuestos por falta de entendimiento. Es un escenario que requiere diálogo y ausencia de autoritarismo. Esta perspectiva difiere totalmente de la de la derecha y especialmente de la del presidente Aznar y el PP, que relacionan estabilidad con autoritarismo y mayorías absolutas.
Si analizamos el contenido de los nuevos presupuestos municipales para el año 2004, veremos que detrás de ellos hay decisiones políticas que corresponden a un gobierno con sensibilidad social y ecológica. En una primera aproximación podemos observar una gran decisión que, como comentó el alcalde Clos el día de la rueda de prensa de presentación, significa un cambio de tendencia con relación a los últimos años: reducir las inversiones en obra nueva e incrementar los gastos corrientes y las inversiones en mantenimiento. El objetivo es satisfacer las cuatro prioridades que el gobierno municipal tripartito de izquierdas se ha propuesto para este mandato: atención a las personas, vivienda social, mantenimiento con criterios de sostenibilidad ambiental y prevención.
En política social es muy representativo el aumento del 11,5% de los fondos destinados a la atención social primaria, destacando el incremento del 13,5% a la atención domiciliaria. Ahora se presta atención a 6.500 personas y la previsión es doblar el número, que podría ser más si la nueva Generalitat se decide a impulsar el Consorcio de Servicios Sociales que prevé la Carta Municipal. También el presupuesto del plan para la inclusión social y de lucha contra la pobreza aumenta el 11,4%, la atención a las personas mayores el 15,2% y el presupuesto para el Instituto de las Personas con Disminuciones el 11,6%. Estos significativos incrementos suponen, entre otras cosas, extender a todos los distritos los programas dirigidos a las personas mayores de Bon veïnatge y Viure i conviure, aumentar la cobertura de la tarjeta rosa, incrementar la flota de taxis adaptados, llegar a final de mandato con el 100% de accesibilidad en vía pública y transporte público desuperficie, y crear el primer centro de acogida para familias en situación de exclusión social.
Entre las inversiones previstas por el Ayuntamiento destacan las destinadas a vivienda social y de alquiler, que comportarán un gran esfuerzo económico que provocará un incremento del endeudamiento municipal. En los cuatro años de mandato se construirán 10.000 viviendas de protección en suelo municipal con un mínimo del 50% de alquiler.
En referencia al mantenimiento y la sostenibilidad, el incremento presupuestario llega al 11%. Destaca la previsión de los planes de mantenimiento integral del espacio público. Estas acciones consisten en trabajos de gran mantenimiento de todos los servicios municipales en lugares concretos de la ciudad con actuaciones sobre iluminación, pavimentación (reductora del ruido cuando sea necesario), señalización viaria, alcantarillado, accesibilidad, limpieza urbana, poda del arbolado, espacios verdes, etcétera. También destaca en este apartado el incremento del 15% del mantenimiento de los parques y las zonas verdes de la ciudad, destinado especialmente al incremento de la plantilla, al mantenimiento de los nuevos espacios, a las campañas de poda y a la plantación de 4.900 árboles. También es conveniente señalar la mejora de la limpieza urbana, la extensión en el territorio de la recogida orgánica y el incremento de la recogida selectiva a la totalidad de los ejes comerciales y a 410 grandes productores.
En el capítulo de la prevención es importante el rejuvenecimiento de la plantilla de la Guardia Urbana y la modernización del cuerpo de bomberos.
Un presupuesto catalán de orientación social y ecológica sólo es posible mediante un Gobierno plural de izquierdas como el de Barcelona. Cualquier fórmula que no sea ésta será continuar con la atención a las personas, la vivienda social y la sostenibilidad situadas al final de la lista de las prioridades políticas.
Imma Mayol es tercera teniente de alcalde y presidenta del grupo municipal de ICV-EUiA en el Ayuntamiento de Barcelona.
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