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Tres cuartas partes de las empresas tienen menos de tres trabajadores

Confebask dice que innovar es clave para recuperar la productividad

Cuatro de cada diez empresas vascas de nueva creación no superan los cinco años de existencia, según un estudio sobre la estructura empresarial vasca realizado por el Eustat. Desde Confebask su secretario general, José Guillermo Zubía, no le da mayor importancia al dato y lo vincula a que el tejido empresarial vasco está muy volcado en el sector servicios. Lo que realmente preocupa a los patronos es la pérdida de productividad, que la achacan a la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales. Para Zubía, el gran reto para recuperarse es la "innovación".

De las empresas creadas en 1997 en Euskadi, un 11,8% habían desaparecido al cabo de un año. En cinco años, la mortandad alcanzaba el 42,2%. La tasa de supervivencia más baja corresponde a la hostelería, un 49,5%, frente a la de transporte y comunicaciones que llega al 65,7%. Para Zubía, este dato "no es nada nuevo".

Así, asegura que cada vez que Confebask ha hecho reflexiones sobre la empresa familiar, por ejemplo, ha constatado ese fenómeno que califica de normal en una economía "como la nuestra que está muy volcada al sector servicios, y de poca dimensión". Para Zubía lo sustancial es que "al final, el saldo entre empresas que permanecen y las que se desvanecen, sea positivo".

De hecho, entre 1997 y 2002 el número de empresas aumentó en 15.525 creando un saldo neto de empleo de 126.736. Las empresas que más aumentaron fueron las que tenían su sede social fuera de Euskadi, que crecieron un 6,4%.

La reflexión de Francia

En todo caso, desde la patronal vasca se cree que lo realmente importante y sobre lo que se debe reflexionar es sobre la pérdida de productividad que está teniendo la empresa vasca. Zubía la liga en gran parte a las campañas pasadas sobre la reducción de la jornada a 35 horas semanales. En su opinión, los dos grandes retos de la empresa vasca son la productividad y la innovación. Producir más y con mayor valor añadido es la única fórmula para superar la regresión.

"No nos vaya a ocurrir que tengamos que hacer la misma reflexión que Francia pero sumidos en una crisis", señala Zubía. Francia ha tenido que tomar medidas para retocar la reducción de la jornada de 35 horas, y además lo ha hecho en una situación de crecimiento casi cero.

Las empresas vascas son además esencialmente pequeñas. En 2002 solamente 1.752 empresas, el 1,1% del total, tenían 50 o más puestos de trabajo. Su empleo agregado, sin embargo, alcanza los 369.820 puestos de trabajo, es decir el 46,9% de todo el empleo. La evolución en el periodo analizado por el Eustat muestra un retroceso en el peso de las pequeñas empresas, hasta cinco trabajadores, tanto en empleo como en número.

La tasa bruta de creación de empresas, es decir, la proporción de nuevas empresas con relación a las existentes el año anterior, fue disminuyendo levemente desde 1997, un 15,5%, hasta 2002, donde fue un 11,1%. El dinamismo empresarial, según el Eustat, propició las aparición de 105.528 nuevas empresas en el quinquenio analizado. Al mismo tiempo desaparecieron 82.769. El saldo neto de empleos, si se tiene en cuenta también el crecimiento de las empresas que permanecen, es de 141.482 puestos de trabajo.

Por otro lado, la dependencia exterior de la economía vasca viene recogida también en los datos del primer semestre del Eustat. Las exportaciones subieron un 5,9% y las importaciones un 6,3%. La tasa de cobertura de la importaciones sobre las exportaciones se mantiene positiva en un 115,2%. Cinco países de la Unión Europea (Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y Portugal) absorben el 58% de las exportaciones.

De hecho 69% de las exportaciones vascas van a la UE y el 61% de las importaciones provienen de la Unión Europea. A estos datos se debe sumar que el 72,1% de los bienes y servicios producidos en el País Vasco son enviados al mercado español.

Mayor globalización

Respecto a la dependencia del exterior, explica Zubía que la empresa vasca es cada vez más dependiente de todos los mercados, primero de la UE y luego de los del resto el mundo. "Esto no es malo sino todo lo contrario, porque la economía está cada vez más globalizada, y una economía como la vasca, muy sustentada sobre el sector industrial, necesita de esos otros parámetros", sostiene.

Lo que sobre el papel tiene muchas ventajas, también es un problema en épocas de crisis "porque se sufre mucho más. Pero que nadie se equivoque, porque nuestra situación depende mucho de la situación exterior".

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