La llegada de inmigrantes en patera a Andalucía y Canarias bate todas las marcas
La Guardia Civil ha detenido a 17.327 extranjeros indocumentados en lo que va de año
El año aún no ha acabado y el número de inmigrantes irregulares detenidos por la Guardia Civil en las aguas o en las costas de Andalucía y Canarias supera con creces a los apresados en el 2002. El 2003 será, por tanto, el peor año de la inmigración clandestina no sólo por el número de víctimas -entre la última semana de octubre y la primera de noviembre hubo 45 marroquíes ahogados-, sino por el de extranjeros irregulares detenidos cuando intentaban llegar a España. Las entradas de indocumentados por Ceuta y Melilla disminuyeron ligeramente.
Globalmente, el número de inmigrantes capturados cuando intentaban llegar a España será, acaso, igual o algo inferior al de otros años porque son menos los que han logrado saltar las vallas que marcan los límites de Ceuta y Melilla o entrar subrepticiamente por sus puestos fronterizos. Hasta hace unos días lo habían conseguido unos 49.000, 3.000 menos que en todo el 2002 y 14.000 menos que en el 2001.
Aunque masiva, esta inmigración no preocupa demasiado a las autoridades. Los extranjeros que son rechazados en frontera en las ciudades autónomas son devueltos a Marruecos, que los suele readmitir sea cual sea su nacionalidad.
Más inquietante es el auge de las detenciones en las aguas o en las costas de las dos comunidades limítrofes con Marruecos. El instituto armado apresó en lo que va de año a 17.327, la mayoría en el mar (9.960) y el resto ya en tierra (7.367).
Pese a ser provisional, la cifra de los detenidos rebasa ya en un millar al número de inmigrantes capturados en las mismas circunstancias en el 2002 y en casi 2.000 a los apresados el año anterior. Esta estadística de la Guardia Civil no incluye las detenciones practicadas por la Policía Nacional, que son marginales.
A diferencia de otros años, el número de apresamientos en el mar a lo largo de los once primeros meses de 2003 supera en casi 2.600 al de los detenidos en tierra. La razón es, según fuentes de la Guardia Civil, la creciente eficacia del Servicio Integral de Vigilancia del Estrecho (SIVE) que permite interceptar a las embarcaciones antes de que alcancen la costa.
Varias ONG españolas y una marroquí, la Asociación de Amigos y Familiares de las Víctimas de la Inmigración Clandestina, lamentan que la principal consecuencia del SIVE sea el alargamiento de la travesía de Marruecos a España que se convierte en más peligrosa. De ahí los 37 muertos del hundimiento del 25 de octubre, cerca de Rota, y los ocho de la patera que naufragó el 7 de noviembre cerca de Motril.
Desde la Guardia Civil se responde que habría que imaginar la avalancha de pateras que llegarían a las costas si no funcionase el SIVE, que sirve, entre otras cosas, para disuadir a los candidatos a la inmigración.
Los datos comunicados por el instituto armado ponen también de relieve una caída del número de inmigrantes irregulares marroquíes y un fuerte incremento de los subsaharianos, mientras los argelinos permanecen estables. Los inmigrantes de "otras nacionaliades", como denomina la Guardia Civil a los originarios de Oriente Próximo y Asia que transitan por Marruecos, también aumentan.
Rechazo a la readmisión
Como Rabat se niega a readmitir a los inmigrantes no marroquíes mientras no se desmuestre que zarparon de su territorio -los clandestinos destruyen su documentación y no poseen billete- el número de subsaharianos, árabes de Oriente Próximo y asiáticos que no pueden ser devueltos está también en auge. España ha firmado pocos acuerdos de readmisión con países subsaharianos.
La disminución del número de marroquíes apresados no significa que la emigración tienda a disminuir. En lugar de recurrir a la patera, un cauce peligroso, los marroquíes intentan otras vías para entrar en Europa (visado de turista o de estudios, matrimonios de conveniencia, reagrupación familiar...).
El aumento de los subsaharianos entre los inmigrantes irregulares ha sido también detectado por el Ministerio del Interior marroquí. La estadística que proporciona señala que entre los candidatos a emigrar detenidos en Marruecos en 2002, el número de subsaharianos prácticamente iguala al de marroquíes.
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