"Europa es el crisol de un nuevo concepto de libertad en el planeta"
Sami Naïr (Tiemcen, Argelia, 1946), ensayista y eurodiputado francés, analiza en El imperio frente a la diversidad del mundo (Areté) la situación política, social y económica a la que se está enfrentando la humanidad durante los últimos 10 años. El autor presenta un panorama desolador ante el que, según dice, "hay que mantener la esperanza y pensar que la diversidad cultural permitirá al individuo seguir avanzando". En su trabajo desmenuza las perversiones del sistema neoliberal como fomentador de desigualdades.
Pregunta. ¿Qué elementos diferencian a esta época de otras etapas históricas?
Respuesta. Estamos en una sociedad imperial, pero no en el sentido tradicional de la palabra al más puro estilo romano. Se trata de un imperio del mercado en un sentido más profundo. Hay algo que lo domina todo, y este algo es la mercancía. El imperio hoy día es el imperio de la difusión generalizada de los valores mercantiles y de la mercancía como sistema de organización de las sociedades. Es un elemento nuevo. El poder no reside en los Estados, sino en las multinacionales, y se necesitan instituciones que establezcan reglas y limiten su radio de actuación. Organismos como la Organización Mundial de Comercio (OMC) o el Fondo Monetario Internacional (FMI) son simples instrumentos suyos.
P. ¿La privatización destruirá los beneficios públicos conseguidos hasta ahora?
R. Destroza en su camino todas las estructuras colectivas públicas de intereses generales y obliga a cada sociedad a reconstruir su sistema de intereses generales. Tanto en Francia como en España estamos en una situación en la que tenemos que reconstruir nuestro sistema de seguridad social, nuestra concepción de los servicios públicos, de las pensiones... Todo ello por causa de la extensión ilimitada de la privatización ligada al sistema económico vigente. Ello obliga a replantearse la situación entre espacio público y privado.
P. ¿Se abusa de términos como globalización y mundialización?
R. Esos términos esconden la realidad. Los nuevos sujetos históricos son las multinacionales, una diferencia fundamental con las etapas anteriores. Antes se hablaba de las clases sociales; ahora son las multinacionales las que actúan como sujeto histórico, porque controlan la producción, la circulación y las empresas a escala planetaria.
P. ¿Estamos ante una nueva civilización?
R. No se sabe si nos encontramos en el comienzo de una nueva civilización o al final de su expansión. Lo que tengo claro como filósofo es que no nos debemos resignar ante lo que se nos avecina, porque lo único que puede salvar el futuro es apostar por la diversidad, y Europa debe jugar un papel importante. Necesitamos una construcción política más eficaz. Falta voluntad política. Este imperio es económico y se va a enfrentar a la diversidad. Las sociedades no pueden ser sometidas a una homogeneidad económica sin aprovecharse de ellas.
P. ¿Por qué cree que Europa debe ocupar un papel predominante?
R. Europa, como conjunto económico y cultural, es el principal crisol de una nueva civilización y de un nuevo concepto de libertad a escala planetaria, porque tenemos todo para conseguirlo. Tenemos tradición universalista, humanista, y hemos aprendido, con las catástrofes del siglo XX, a respetar las diferencias. Con el colonialismo, el fascismo y el estalinismo, sabemos lo que hay que evitar.
Babelia
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