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LOS PRECIOS DE LAS ASEGURADORAS

La Comisión Europea impone seguros unisex

La UE establece que hombres y mujeres paguen lo mismo por las pólizas, a lo que se opone el sector

A las mujeres les resulta entre un 6% y un 13% más caro contratar un seguro de jubilación que a un hombre, y pueden llegar a pagar hasta 2,5 veces más por un seguro de salud. ¿Significa este dato que discriminan las compañías de seguros en función del sexo? El sector lo niega rotundamente y arguye que la diferencia en las primas es fruto de un frío cálculo del riesgo asumido en cada caso, siguiendo los patrones que marca la estadística. El sexo -argumentan las compañías- es una más de las múltiples variables que se tienen en cuenta a la hora de calcular la póliza, como lo podría ser la obesidad, ejercer una profesión de riesgo o tener una enfermedad coronaria. Sin embargo, Bruselas desmonta esta tesis con el argumento de que las estadísticas que utilizan varían por países, algo que no parece científico.

La entrada en vigor de esta directiva podría provocar la subida de los precios de los seguros
Según las compañías no hay discriminación, sino la simple aplicación de las normas estadísticas
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Las aseguradoras europeas aplican el criterio del sexo en los seguros

Esta misma regla de tres permite que el seguro del automóvil resulte más barato para una mujer (a los 19 años, exactamente la mitad) que para un varón y que, después de los 65 años, un hombre tenga que pagar un 25% más por un seguro de salud que su cónyuge. ¿Discriminación positiva? Tampoco, de nuevo un comportamiento siniestral y estadístico distinto.

"La base de la actividad aseguradora es la estadística", recuerda un alto ejecutivo de CaiFor, el grupo asegurador participado por La Caixa y Fortis, motivo por el cual el sector no logra entender la iniciativa de la Comisión Europea, a menos que entrañe un "profundo desconocimiento", tal como subrayó a este diario la presidenta de la patronal Unespa, Pilar González de Frutos, hace una semana.

Las aseguradoras también critican la propuesta de la UE porque creen que acarreará un encarecimiento de las primas para evitar un desequilibrio técnico en las cuentas. "Cuando te ponen una venda en los ojos, siempre se toma en cuenta el máximo riesgo posible", observa un experto del sector. "Es como para pagar anuncios dando las gracias a la señora Diamantopoulou por provocar un aumento de las primas", explica con sorna un ejecutivo del sector.

Fuentes de Allianz comentan que "en su estado actual, la directiva podría conducir al encarecimiento de los precios, muy especialmente en el caso de las mujeres". La compañía alemana comenta que, hoy en día y según los ramos y tipos de riesgos, "se puden producir diferencias a favor de unos u otros, pero en general las tarifas suelen ser más favorables para las mujeres". Allianz añade que la aplicación de esta norma "supondría la reducción de la tendencia actual de segmentación y personalización de las tarifas en función de la exposición real al riesgo".

Además, al sector (que ha cerrado el tercer trimestre con un crecimiento del 2,6% hasta superar los 30.600 millones de euros en primas facturadas) no le ha sentado nada bien que Bruselas haya abierto un debate que, "a diferencia de la vivienda, por ejemplo, no está en la calle". Las compañías consideran el silencio de las asociaciones de defensa de los asegurados como revelador a su favor. "Sin que sirva de precedente, estamos bastante de acuerdo con la posición de Unespa", declaró a este diario un portavoz de la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae).

La cuestión de fondo es cómo se calcula el precio de un seguro. Aparte de los gastos y del margen de beneficio de la empresa, lo fundamental es el cálculo del riesgo asumido. Este dato se obtiene multiplicando la probabilidad de que el hecho asegurado ocurra por el coste que va a suponer si sucede. Así, en el sector vida hay que tener en cuenta la probabilidad de fallecimiento y la indemnización pactada (el coste del siniestro); en automóvil, la frecuencia media de siniestros y su coste, y en salud, la frecuencia con la que los clientes van al médico y el coste medio de cada acción (visita, intervención...).

En términos generales, la diferencia de precios de seguro para las mujeres [ver gráfico] se explica, en el caso de los seguros de vida, porque las mujeres viven más años (el riesgo de morir es más pequeño) que los hombres, con lo que el seguro les sale más barato. Sin embargo, puesto que las mujeres viven más, pagan también más por un seguro de jubilación porque percibirán dicha renta durante más años, según Unespa. En el ramo del automóvil, como las mujeres tienen menos accidentes, y menos graves, el seguro es más barato.

Los seguros de salud, finalmente, son los que presentan mayores diferencias de precios y, según Unespa, son los únicos que sí han sido criticados por las asociaciones de defensa de los asegurados. Las compañías justifican que las mujeres de 26 a 35 años paguen hasta 2,5 veces más que un hombre porque "en edad fértil usan mucho determinados servicios médicos (los hombres no van al ginecólogo) con gastos elevados". Pasada esa edad, "pagan seguros de salud más baratos porque enferman menos".

La Oficina del Asegurado (OFA) sostiene que hay compañías que cobran lo mismo por un seguro de salud inedependientemente del sexo de su titular, por lo que reclama que esta práctica se extienda entre el sector. "Debería ser un principio solidario por la función social que cumple el seguro", según Jordi Fuset, abogado de la OFA.

Estadísticas equivocadas

Todo empezó el 5 de noviembre pasado, cuando, ante el estupor de las aseguradoras, el Colegio de Comisarios aprobó por mayoría proponer a los gobiernos una directiva que prohibiera a las aseguradoras aplicar tarifas distintas según el sexo del asegurado.

"La esperanza de vida es una cuestión de estilo de vida, no de genética", sentenció rotundamente la comisaria de Empleo, Anna Diamantopoulou. Las protestas no tardaron en llegar. Las aseguradoras alegan que aplican la simple estadística a sus tarifas. Si la mujer vive más, su seguro de jubilación debe ser más caro; si el hombre muere antes, su seguro de vida será mas costoso, y si la mujer utiliza más los servicios médicos (hasta los 50 años), también deberá abonar más por este servicio.

La UE dice que "esta directiva lucha contra cualquier discriminación en función del género y, por tanto, también contra la que sufren los hombres", aclaró la comisaria.

Pero todavía fue más allá y arremetió contra la base estadística (el origen del problema) que justifica estos precios diferentes. Tras varios meses de análisis y consultas, los servicios de Empleo y Asuntos Sociales de la Comisión Europea han llegado a la conclusión de que las estadísticas que utilizan las aseguradoras se sustentan en fundamentos obsoletos e incluso erróneos.

El aspecto más conflictivo de la directiva que los Gobiernos empezarán a analizar a primeros de 2004 es el temor a que empuje los precios al alza, como vaticinan las aseguradoras, disminuyendo así la competitividad del sector. Diamantopoulou rechazó cualquier repercusión negativa en este sentido.

Justo la postura contraria a la del sector. El Comité Europeo de Seguros (CEA), del que forma parte la patronal Unespa con otras 30 asociaciones, advirtió de que la decisión de Bruselas "puede conducir a precios más altos para todos los consumidores".

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