Los marineros, divididos por las indemnizaciones
Como se venía repitiendo el día 13 de cada mes, desde noviembre de 2002, un ulular de sirenas perturbó ayer al mediodía el puerto de Muxía (A Coruña), la zona cero del Prestige, donde los barcos pesqueros recuerdan de ese modo que la herida aún no se ha cerrado por completo. Al margen de esa liturgia que ya se ha convertido en habitual, las cofradías de pescadores afectadas celebraron el aniversario con unas jornadas para conocer opiniones sobre la incidencia del desastre y las medidas para paliar los daños y prevenir más accidentes. Los actos previstos por los marineros culminarán mañana en Santiago con una concentración multitudinaria de homenaje a los voluntarios.
Pero, un año después, el desastre ha vuelto a confirmar la tradicional tendencia a la división del sector pesquero. La causa de la discordia es el modo de pago de las indemnizaciones que percibirán los damnificados por la marea negra. Una parte mayoritaria de las cofradías, la que organizaba las jornadas de Santiago y que engloba a unos 15.000 marineros gallegos, ha aceptado la oferta del Gobierno de adelantarles el pago de las compensaciones antes de que éstas sean fijadas por el Fidac, el fondo internacional para cubrir los daños causados por derrame de hidrocarburos. El Ejecutivo se compromete a abonarles las cantidades correspondientes a partir de marzo del próximo año siempre que renuncien a emprender acciones judiciales por su cuenta.
Otra parte de las cofradías, que representa a unos 12.000 marineros entre Galicia y el País Vasco, no se ha avenido al acuerdo. Este grupo alega que no puede renunciar a acciones futuras cuando se desconoce el impacto sobre la pesca a medio plazo y recuerda que los científicos son casi unánimes al alertar de que las consecuencias sobre los recursos marinos aún tardarán en manifestarse.
La división quedó escenificada ayer en Santiago en las conmemoraciones del primer aniversario. Mientras las cofradías que han pactado con el Gobierno celebraban sus jornadas, uno de los portavoces del otro grupo, el patrón mayor de A Coruña, Torcuato Teixeira, comparecía con la plataforma Nunca Máis para anunciar los actos de protesta de estos días. Pese a todo, en las palabras de ambos grupos hubo una coincidencia: el temor al fuel depositado en los fondos marinos.
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