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La OMC obliga a Estados Unidos a eliminar los aranceles a las importaciones de acero

Bruselas podrá aplicar sanciones comerciales por 2.242 millones si Washington no rectifica

La Organización Mundial de Comercio (OMC) volvió ayer a dar la razón a la Unión Europea en un contencioso con Estados Unidos al fallar que los incrementos de aranceles de hasta el 30% aplicados por la Casa Blanca a las importaciones de acero son ilegales y violan las reglas del comercio internacional. Washington, en desacuerdo con esta decisión, tiene de plazo hasta el 15 de diciembre para eliminar esas cargas. En caso contrario, Bruselas aplicará a partir del día siguiente sanciones por valor de hasta 2.242 millones de dólares.

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La decisión proteccionista firmada por George Bush en marzo del año pasado provocó un clamor mundial, pues el presidente imponía durante un periodo de tres años cargas arancelarias de hasta el 30% a una larga lista de productos de acero de variada procedencia. No sólo los Quince, sino otros siete países buscaron de inmediato el amparo de la OMC, que en julio pasado les dio la razón. El veredicto veraniego de un panel de tres jueces fue ratificado y adoptado formalmente ayer por el Órgano de Apelación de la OMC, el máximo tribunal del ente.

Estados Unidos no ha probado que estas medidas estuvieran justificadas como una defensa contra la invasión de productos ilegítimamente vendidos por debajo de su precio real, según un primer veredicto del organismo que vela por la transparencia del comercio mundial. Además, la OMC considera que Washington discrimina entre exportadores y excluye de los gravosos aranceles a países como Canadá y México, socios en la Área de Libre Comercio de América del Norte, Israel y Jordania.

"Es un nueva victoria contra una medida absolutamente proteccionista", señaló ayer Arancha González, portavoz del comisario de Comercio de la UE, Pascal Lamy, que ya la pasada semana vio cómo la OMC daba la razón a la Unión Europea en sus objeciones contra el tratamiento fiscal de favor que reciben cientos de empresas exportadoras (FSC, en sus siglas inglesas) norteamericanas. La desautorización sobre las FSC dará lugar a partir de marzo a sanciones de la UE que compensen pérdidas estimadas en 4.043 millones de dólares.

Pasado el mes de plazo de que dispone el órgano mediador de la OMC para intentar poner de acuerdo a ambas partes en el caso del acero, Washington contará con cinco días adicionales para retirar las medidas, en total hasta el 15 de diciembre. Frente a la flexibilidad europea con los márgenes temporales en el contencioso de las FSC, las sanciones por el acero se aplicarán con efecto inmediato a partir del 16 de diciembre. El futuro de la fiscalidad de la FSC depende de un debate en el Congreso, pero el levantamiento de las trabas al comercico con el acero "está directamente en manos del presidente, que es quien tiene que decidir", puntualizó González.

La Casa Blanca, en contra

En Estados Unidos, la reacción hacia la decisión de ayer, confirmando la ilegalidad de los aranceles que se aplican a las importaciones de acero, fue simple y llanamente de "desacuerdo". La Oficina de Comercio estadounidense se reserva dar una opinión más estructurada después de estudiar "cuidadosamente" los detalles de la decisión hecha pública ayer en Ginebra.

Desde la Casa Blanca se insiste en que se trata de una medida de salvaguardia de carácter "temporal" (tres años) y en que el objetivo del arancel es el de apoyar la "reestructuración" y "consolidación" de su industria siderúrgica, para ayudarla a superar la crisis por la que atraviesa el sector. Se sigue argumentando que en el pasado se hizo lo mismo con la industria europea y que por eso es competitiva. También se afirma que las reglas de la OMC permiten que se adopten este tipo de salvaguardias comerciales. La industria siderúrgica considera que la decisión de la OMC es "ridícula".

Pero el rechazo del recurso supone un nuevo y serio varapalo para la Administración estadounidense y su forma de entender la política comercial internacional. Se da además la circunstancia de que muchos consumidores de acero se han quejado pidiendo el fin de los aranceles porque hace mucho más cara la materia prima, un coste que se agrava si se combina con el valor actual del dólar.

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