Literatura, lengua y entorno
Filología es una palabra griega que define la ciencia que estudia una cultura tal como se manifiesta en su lengua y en su literatura -principalmente a través de los textos escritos- y en su entorno. El miembro de la Real Academia de la Lengua Española Francisco Rodríguez Adrados lo explica así: "Nos une al pasado, nos une a los pueblos que participan de nuestra cultura, a todo lo humano, diríamos. No es exclusivista, pero desde ella se puede llegar a casi todas partes". Y añade que por esta razón: "Una facultad de Filología no debe ser una mera academia de lenguas".
La preparación que reciben los futuros filólogos se centra en el estudio de los problemas generales del lenguaje: sintaxis, análisis gramaticales, fonología, fonética, semiología, dialectología, gramática, semántica y otros aspectos lingüísticos, incluyendo el uso de la lengua, el estudio e interpretación de textos antiguos y sus relaciones con las culturas correspondientes
, explica la vicerrectora de Relaciones Internacionales de la Universidad de Zaragoza, Mercedes Jaime Siso.
La decana de la Facultad de Filología de la Universidad Complutense, Pilar Saquero, señala, en cambio, que algunos de los elementos formativos comunes que faltan en estas titulaciones son la estancia obligatoria de un curso en el país extranjerao del que se está estudiando su lengua y su literatura, módulos adecuados para la traducción de textos específicos, así como una formación en nuevas tecnologías para la aplicación de los conocimientos.
El catedrático de Filología Catalana y ex rector de la Universidad de Girona, Josep Nadal
, explica que existen cuatro tipos de alumnos que quieren estudiar alguna filología: los que quieren dedicarse a la investigación filológica, los que pertenecen a un gran grupo de los que la estudian actualmente. Los que quieren dedicarse a la educación secundaria, tanto tradicional como a la enseñanza de cualquiera de las lenguas oficiales del Estado a inmigrantes o de cualquier lengua como segunda lengua. Los que van a trabajar en profesiones relacionadas con la filología (corrección lingüística, intermediación cultural, lingüística aplicada, comunicación empresarial o gestión cultural). Y los que solamente
quieren un título
universitario.
La vicerrectora de Relaciones Internacionales de la Universidad de Zaragoza, Mercedes Jaime Siso, explica que aunque las ocupaciones más frecuentes para los filólogos son la docencia y la Administración pública, estos profesionales podrían trabajar también en
centros de traducción e interpretacion, editoriales, medios de comunicación, academias privadas de idiomas, fundaciones culturales, bibliotecas o servicio de publicaciones.
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