Empresarios de EE UU desafían el embargo al asistir a una feria comercial en Cuba
Nueve compañías estadounidenses firman acuerdos por más de 20 millones de dólares
El desafío de los empresarios norteamericanos al Gobierno de George W. Bush por el embargo contra Cuba va en serio. Sólo dos semanas después de la reunión que sostuvieron en Cancún funcionarios cubanos con representantes de compañías de EE UU vinculadas al sector turístico, 150 hombres de negocios de 71 empresas norteamericanas, muchas de ellas de Florida, han viajado a La Habana para participar en la feria comercial más importante que se celebra en la isla. El lunes pasado, nueve compañías estadounidenses firmaron convenios por más de veinte millones de dólares.
A la 21ª Feria Internacional de La Habana (Fihav) asisten unas 700 empresas extranjeras y, pese al embargo de Washington, que dura ya cuatro décadas, el 10% son firmas norteamericanas. Éstas exponen sus mercancías en los pabellones de la empresa estatal cubana Alimport, que en dos años ha comprado en Estados Unidos más de 500 millones de dólares en productos agrícolas. Entre las empresas estadounidenses las hay emblemáticas, como la fábrica de goma de mascar Adams, con sus marcas Chiclets, Trident y Dentyne, pero también está representada la importante Federación de Arroceros de EE UU.
El domingo, al inaugurar la Fihav, el vicepresidente cubano, Carlos Lage, consideró que la presencia en la feria de tantos hombres de negocios estadounidenses demostraba la inconsistencia y lo irracional de la "guerra económica" contra Cuba, cada vez más cuestionada en EE UU, incluso dentro del Congreso y el Senado. En septiembre, por cuarta vez consecutiva, la Cámara baja estadounidense aprobó, por 227 votos contra 188, el levantamiento de la prohibición a los viajes de norteamericanos a la isla, y lo mismo hizo hace pocos días el Senado con el apoyo de miembros del Partido Republicano -aunque ya Bush ha anunciado que no permitirá que progrese la iniciativa-.
El noviazgo entre la Cuba de Fidel Castro y los empresarios norteamericanos comenzó en 2001, cuando, tras el paso por la isla de un devastador huracán, Washington autorizó las ventas de alimentos a Cuba "por razones humanitarias", pero a condición de que las compras fueran pagadas en efectivo por las empresas cubanas.
Desde entonces, amparados en esta pequeña grieta al embargo, empresarios de más de treinta Estados norteamericanos han vendido a Alimport productos por 500 millones de dólares, convirtiéndose en los primeros provedores de alimentos de Cuba. El último desafió a Washington tuvo lugar mientras en Nueva York la Asamblea General de la ONU condenaba, por duodécima vez consecutiva, la política de embargo norteamericano contra Cuba, con los únicos votos en contra de EE UU, Israel e Islas Marshall.
"Nos sentimos muy contentos de estar aquí", dijo el lunes en La Habana Jim Bohlander, vicepresidente de Cargill America, tras suscribir una operación de venta de trigo por valor de 4,1 millones de dólares y otra de 400.000 dólares para suministrar soja. Cargill fue la primera empresa estadounidense en firmar un acuerdo con Alimport. Está previsto que, durante la feria, la compañía estatal cubana realice compras por valor de más de 50 millones de dólares.
También en La Habana, el director para América Latina de la Federación de Arroceros de EE UU, Marvin Lehrer, uno de los pioneros en las ventas a Cuba, expresó su convencimiento de que el embargo finalmente caerá. "Ése", dijo, "será un día histórico, pues, aunque algunos crean lo contrario, quienes no tenemos prejuicios contra Cuba opinamos que la vecindad geográfica y el sentido común convierten en antinatural cualquier esfuerzo por alejarnos".
Empresas españolas
La destacada presencia estadounidense en la Fihav contrasta con la sensible caída de la asistencia de empresas de otros países en relación a años anteriores. En 2002 estuvieron representadas en el encuentro comercial 915 firmas de 45 países. De España participaron 106 empresas, mientras que en esta edición sólo 64 firmas españolas tienen mostrador en el recinto ferial de Expocuba.
Las autoridades cubanas atribuyen la caída no sólo de la representación española, sino en general de los países de la UE, a las presiones de los Quince, enfrentados con La Habana desde marzo a raíz del encarcelamiento de 75 disidentes y el fusilamiento de tres secuestradores de una lancha de pasajeros. Diplomáticos europeos negaron con vehemencia esta versión, señalando que el menor interés de los empresarios se debe a la "actual situación" de Cuba. "El modelo económico tiene límites evidentes y, aunque aguanta con parches, no tiene una propuesta de futuro", señaló un diplomático, que consideró que el "fervor" de La Habana por comprar alimentos en EE UU "pagando cash" es una "maniobra política" para ejercer presión sobre Washington.
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