Putin prepara un impuesto a las petroleras ante el descontento por la desigualdad
La explotación de los recursos naturales irrumpe en la campaña electoral rusa
¿Hasta qué punto tolera la sociedad rusa que unos pocos privilegiados naden en petrodólares gracias a las riquezas del subsuelo de Rusia, mientras la mayoría no se ha beneficiado de unos tesoros de la naturaleza que, sobre el papel por lo menos, fueron patrimonio común de la URSS hasta 1991? Los círculos políticos y económicos de Rusia debaten hoy acaloradamente este tema, que además es objeto de manejo populista en la campaña para las elecciones parlamentarias del próximo 7 de diciembre, con el telón de fondo del enfrentamiento del Kremlin con la compañía petrolera Yukos.
Tras la discusión sobre la llamada "renta de la naturaleza", muchos rusos de a pie creen hoy que el acoso de la fiscalía contra Mijaíl Jodorkovski responde a un intento de redistribución social de la riqueza, y no a las ambiciones de otros grupos económicos menos beneficiados por el reparto de la propiedad del Estado.
Putin había dado señales hace ya tiempo de querer introducir algún tipo de correctivo que permitiera al Estado recuperar el control del subsuelo y equilibrar los beneficios que de él se derivan, según medios próximos al Kremlin. Sin embargo, el ultraliberal jefe de la Administración, Alexandr Voloshin, hizo caso omiso de los deseos que expresaba el presidente, que aparentemente pretende ahora llevar a cabo sus ideas. Por ver está si será capaz de darles un cauce legal o si se dejará instrumentalizar por grupos de intereses económicos que pretenden realizar sus propias ambiciones, señalaron las fuentes.
En septiembre, Rusia se convirtió en el primer productor de crudo del mundo, con 8.500 millones de barriles por día, frente a 8.470 barriles en Arabia Saudí, según informaba ayer Interfax, citando a la Agencia Internacional de la Energía. En los primeros nueve meses de 2003, la producción de crudo en Rusia ha aumentado en un 11% en relación al mismo periodo de 2002. El Gobierno se plantea ahora un aumento de la carga fiscal sobre las petroleras del país, según ha indicado el viceprimer ministro de Rusia y ministro de Finanzas, Alexéi Kudrin.
Dados los actuales precios del petróleo, "los niveles de retención del exceso de ingresos deben aumentar, pero el actual sistema fiscal no permite hacerlo", dijo Kudrin a la revista Kompania. Según el viceprimer ministro, "el actual sistema fiscal no es bastante eficaz" y el Estado tiene suficientes resortes para establecer el nivel fiscal necesario de cara a un equilibrio razonable entre los ingresos del presupuesto, los beneficios de la compañía y las futuras inversiones en el sector.
El Ministerio de Finanzas está elaborando un proyecto para gravar con un nuevo impuesto los "ingresos suplementarios" y ha resucitado una idea a la que había renunciado en 2002, cuando entró en vigor el impuesto sobre la obtención de materias primas (NDPI en ruso), que simplificaba un sistema de tributación más complejo. Al pago del NDPI, las petroleras rusas deben añadir otras cargas impositivas y también las tasas de exportación.
La necesidad de encontrar una fórmula que introdujera un cierto equilibrio entre pobres y ricos y que no pudiera etiquetarse como expropiación se ha agudizado a medida que se acercaban las elecciones y aumentaban los precios del crudo.
El pasado verano, la campaña contra Yukos activó un mecanismo de alarma en el empresariado ruso. Consecuencia de ello son los intentos que está realizando la Unión de Industriales y Empresarios, conjuntamente con la Confederación de Consumidores de Rusia y otras organizaciones, para elaborar un "contrato social", mediante el cual el empresariado asumiría responsabilidades por tareas sociales en alguna fórmula de compromiso con los representantes políticos. En torno a esta fórmula, que algunos denominan "los pactos de la Moncloa a la rusa", existen diferentes propuestas y actitudes.
Sobre las cargas impositivas de las petroleras los datos disponibles son dispares e influidos por la posición de cada cual en el debate. El economista y político Serguéi Glázev, el abanderado del "impuesto sobre la renta de la naturaleza", calcula que la introducción de un pago por este concepto daría al presupuesto entre 10.000 y 30.000 millones de dólares al año, mientras el jefe de la Comisión de Cuentas, Serguéi Stepashin, habla de 7.000 millones a 8.000 millones de dólares al año y las petroleras señalan que el máximo serían entre 2.000 y 2.500 millones de dólares, según datos publicados por Moskovski Komsomoletz. Vasili Shajnovski, uno de los dirigentes de Yukos, rebajaba este cálculo a 1.800 millones de dólares.
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