Castro acusa a Aznar de reclutar jóvenes latinoamericanos para Irak
El presidente cubano elogia los cambios en América Latina
"Es la hora de América Latina", sentenció satisfecho el presidente cubano, Fidel Castro, al clausurar el viernes la 21ª sesión de la Asamblea del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso). Su discurso, de cinco horas, fue la guinda de una semana en la que líderes indígenas como el boliviano Evo Morales y académicos como el estadounidense Noam Chomsky arremetieron contra Estados Unidos. Castro acusó al presidente español, José María Aznar, de reclutar jóvenes latinoamericanos para la "guerra de conquista" de Irak.
Al encuentro del Clacso, organización a la que pertenecen 144 centros de investigación y académicos de América Latina, asistieron más de 200 personalidades de 36 países, todas muy combativas. Uno de los más radicales fue el líder de los cocaleros bolivianos, que el jueves vaticinó que, si América Latina se une contra las actuales políticas de mercado impulsadas por Washington, se convertirá en un nuevo "Vietnam para Estados Unidos".
Evo Morales, cuya participación fue decisiva en los acontecimientos que provocaron la reciente renuncia del presidente de Bolivia Gonzalo Sánchez de Lozada, llamó en La Habana a "crear el poder del pueblo" y sobre todo a "gestar una unidad" regional, y lamentó que los movimientos populares bolivianos fueran calificados de "comunistas" en los años sesenta, "narcotraficantes" en los ochenta y ahora "terroristas", cuando, dijo, sólo "buscan mayor equidad social". "Lo que hay es un agotamiento del modelo", opinó.
Morales anunció la organización de una "cumbre alternativa" a la reunión de presidentes iberoamericanos que se celebrará en su país dentro de dos semanas. Afirmó que esta cita se convertirá en un acto de solidaridad con Cuba, y dijo que se espera contar con los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Venezuela, Hugo Chávez, y también con el mandatario cubano. "Nuestros pueblos esperan que podamos potenciar ese pensamiento antiimperialista", expresó.
Durante los cinco días que duró el encuentro, el presidente cubano asistió a muchas de las conferencias y debates, pero Castro evitó dar recetas revolucionarias, aunque el auditorio estaba ganado para la causa. "Cada uno de los movimientos tendrá cosas diferentes. Serán cosas parecidas, pero no iguales. Que nadie se imagine que va a aparecer un modelo de revolución o de método", afirmó el mandatario cubano, que se definió como "un marxista leninista no dogmático".
"La única conclusión que puede sacarse es que la revolución puede hacerse", sentenció Castro en una de sus intervenciones. El viernes por la noche, al clausurar el encuentro, el líder comunista afirmó que la situación en la región estaba cambiando, y dijo con satisfacción: "Ésta es la hora de América Latina".
No faltaron en su discurso las referencias al presidente del Gobierno español, José María Aznar, y al gobernador de California, Arnold Schwarzenegger. De José María Aznar dijo que había ido a América Latina a reclutar jóvenes para ir a la guerra de Irak. "Eso no había pasado en 500 años. Nunca ha venido un caballero español a reclutar latinoamericanos para combatir", dijo en referencia a los soldados centroamericanos que operan en zonas bajo control militar español, según el reparto militar internacional acordado en Irak.
Castro criticó también al gobernador electo de California, el republicano Arnold Schwarzenegger, de quien dijo que, "a juzgar por las fotos, tiene muchos músculos en el cuerpo, pero no le han hecho todavía una radiografía, ni una resonancia magnética, un estudio que pueda revelar un dato sobre cuántos músculos tiene en el cerebro".
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