Watson y Collins exigen leyes contra la discriminación por causa genética

James Watson, codescubridor de la doble hélice del ADN y primer director del Proyecto Genoma público, y Francis Collins, actual director del Instituto Nacional de Investigación sobre el Genoma Humano de Estados Unidos (NHGRI), firman hoy en Science un contundente manifiesto en apoyo de la Ley de No Discriminación por Información Genética, actualmente en trámite por la Cámara de Representantes. El Senado dio su visto bueno al texto el 14 de octubre pasado.

"Todos los humanos llevamos docenas de errores en nuestra secuencia de ADN, pero a nadie se le debe negar un puesto de trabajo, para el que por lo demás está cualificado, por causa de los genes que ha heredado", escriben Watson y Collins. "Y a nadie se le debe negar un seguro sanitario debido a las predisposiciones halladas en su ADN".

Los dos científicos añaden que la falta de una legislación contra la discriminación genética no sólo causará injusticias flagrantes, sino que además retrasará muchas investigaciones cruciales para la medicina. "Sabemos que mucha gente ya ha rechazado participar en investigaciones genéticas por miedo a la discriminación genética [...] El sistema sanitario se pondrá en riesgo si los pacientes son renuentes a someterse a pruebas de ADN, o si deciden mantener su información genética fuera de sus historiales debido a preocupaciones muy reales de discriminación".

El borrador de la ley prohíbe a las aseguradoras sanitarias, que son esenciales en el sistema estadounidense, solicitar una prueba genética para suscribir un seguro, les impide obtener información genética por otras fuentes, y evita que las predicciones genéticas de riesgos puedan usarse para aumentar las primas o para negar la cobertura.

Además, las empresas no podrán solicitar información genética sobre sus empleados, ni utilizarla para decidir si contratan o ascienden a alguien. La única situación en que las empresas podrán utilizar datos genéticos es para evaluar los riesgos que pueda suponer para sus empleados el uso de sustancias químicas potencialmente peligrosas.