El contenido para el continente
Ha sido un edificio polémico que ha calentado los ánimos de los sectores más tradicionales de la ciudad. El miedo a lo nuevo, ya se sabe, es un reflejo típico de las ciudades con solera. Por eso, los responsables de Baluarte, el nuevo Auditorio y Palacio de Congresos de Pamplona, quieren acercar a la mayor parte posible de sus habitantes al interior de esta nueva, sorprendente y arriesgada construcción que ha firmado un arquitecto local inquieto, joven y con ganas de guerra que se llama Patxi Mangado (Estella, Navarra, 1957).
Mangado pretende, con esta extensión de 63.000 metros cuadrados, que el centro de la ciudad se traslade a este nuevo espacio pegado a la Ciudadela. "Al fin y al cabo, en esta plaza está el centro político, con el Parlamento de Navarra; el cultural, con Baluarte, y ahora tendremos el económico, porque se va a construir El Corte Inglés".
Para alentar la vida cultural, los espectáculos escénicos se repartirán de ahora en adelante entre el teatro Gayarre y el nuevo Baluarte. Para ello, Ignacio Aranaz, director de programación del Auditorio, dice que van a empezar con unos carteles suaves.
La programación apuesta inicialmente por lo ligero: ayer se inauguró a las siete de la tarde con un concierto, al que asistieron los duques de Lugo, con estrellas locales como María Bayo -y en el que también actuó Iñaki Fresán-, la Orquesta Pablo Sarasate y el Orfeón Pamplonés, dirigidos por Ernest Martínez Izquierdo.
Durante los dos primeros meses se verán en Baluarte espectáculos de música, danza y teatro. Están programadas la Orquesta Sinfónica de RTVE, la Royal Philarmonic, el grupo barroco Al Ayre Español o ballets como el de Cristina Hoyos y la Compañía Nacional de Danza o Spirit of the Dance. En cuanto a la ópera, se pretende programar una al trimestre, y en noviembre empieza la lírica con Marina, de Emilio Arrieta.