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ELECCIONES EN CATALUÑA

Piqué cree que Cataluña está "atemorizada" por el poder de CiU

El candidato del PP admite que su proyecto es "a largo plazo", cuando caiga el nacionalismo

Carlos E. Cué

El cabeza de lista del PP en las elecciones catalanas, Josep Piqué, cree que Cataluña se ha convertido en "una sociedad atemorizada por el poder político" que ha dominado el país en los últimos años, esto es, Convergència i Unió. Durante su participación en el Aula EL PAÍS en el ciclo La Cataluña que deseo, por el que pasan los candidatos de los cinco grandes partidos, Piqué realizó un análisis muy negativo de la gestión del Gobierno autónomo en los últimos 23 años, siempre en manos del nacionalista Jordi Pujol. Dijo que son demasiados años y que ese periodo es "excesivo desde todo punto de vista". Pero sobre todo acusó a CiU de haber controlado tanto el poder como para tener a la sociedad "un poco adormecida". "Los catalanes miramos demasiado al poder político. Las instituciones civiles catalanas miran demasiado al poder político y con frecuencia dejan de decir cosas que quieren decir y que creen que deben decir, por el miedo a que el poder político las regañe", explicó el ex ministro de Ciencia y Tecnología.

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El candidato del PP sostuvo que los debates en Cataluña están "excesivamente politizados". Se refirió a los debates sobre el nuevo Estatut -es el único candidato que defiende mantener el actual sin tocar una coma-, lo que él llama "política", y que sólo interesa, en su opinión, a los políticos, frente a las discusiones de "políticas", más relacionadas con la gestión: cómo mejorar la calidad de la educación, cómo hacer sostenible el sistema sanitario, qué infraestructuras de comunicación necesita el país para ser competitivo... En esos asuntos centrará él su campaña. De los otros huirá.

Josep Piqué, presidente del PP, un partido en el que milita sólo desde 1999, apenas lanzó criticas contra el PSOE durante la hora y media que duró el coloquio en la sede barcelonesa de EL PAÍS. Su discurso se centró en atacar a CiU, que, pese a todo, sería su hipotético socio de Gobierno si la suma de los dos grupos les diera la mayoría absoluta en el Parlament. Las encuestas descartan esa posibilidad y Piqué admitió que su estrategia "es a largo plazo", esto es, previsiblemente cuando los nacionalistas hayan perdido el poder y el PP pueda crecer a costa de su hundimiento.

Piqué insistió durante todo el coloquio en la idea de agotamiento de la sociedad ante el poder de CiU, algo que recorre todo el discurso con el que se presenta a las elecciones catalanas, a las que llega tras pasar por varios ministerios. Partiendo de ese agotamiento, auguró que en Cataluña las próximas elecciones marcarán una "renovación" del "ambiente enrarecido" que han provocado 23 años de Gobierno de Jordi Pujol. El ex ministro de Ciencia y Tecnología, en cualquier caso, no aclaró qué le parece la alternativa, esto es un gobierno de izquierdas presidido por el socialista Pasqual Maragall.

El candidato sabe que el argumento principal de sus adversarios en esta contienda electoral es presentarle como el representante del centralismo del presidente del Gobierno, José María Aznar, al que se acusa de haber perjudicado a Cataluña porque el Estado ha invertido aquí menos que en otras zonas del país donde el PP tiene más presencia. El ex ministro tiene un contraataque claro: "Es difícil encontrar un país del mundo con una administración más centralista que la de la Generalitat, que tiene una visión radial de Cataluña. Es más centralista que Francia", insistió durante el coloquio. Para demostrarlo, explicó su experiencia personal al querer trasladarse desde la Cerdanya, donde veranea, hasta Peralada. "Es una odisea. Es mejor bajar hasta Barcelona para volver a subir. Eso sí que es radial".

El candidato fue entonces preguntado sobre si no era una muestra de centralismo del Gobierno de Aznar el rechazo por parte de de la Comisión Nacional de la Energía, dependiente del Ministerio de Economía, de la OPA de Gas Natural sobre Iberdrola, una operación que habría beneficiado claramente a la empresa catalana. Piqué negó que eso sea una muestra de centralismo, dijo que no fue una "decisión política" y puso como ejemplo de que no es así el hecho de que una empresa catalana, la editorial Planeta, haya comprado Antena 3 y Onda Cero sin ningún problema.

Un lector le preguntó por la sensación de que los catalanes no son bien vistos en Madrid. "Eso se arregla viajando", zanjó. Además, aprovechó el título del ciclo, La Cataluña que deseo, para decir que él aspira a un país donde la gente "piense lo que puede hacer ella sola, sin echarle la culpa de todo a Madrid". También cree positivo que los catalanes "tengan más poder en el Gobierno de España". Sólo así se podrían eliminar los temores de esas personas que "piensan que lo primero que hacen en Madrid al levantarse es reunirse para ver cómo pueden perjudicar a Cataluña".

La militancia política del joven Piqué en el comunismo es bien conocida en Cataluña y siempre hay alguien que se la recuerda. Ayer le preguntó la periodista Margarita Rivière, que moderaba el coloquio, por su recorrido desde el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), en su juventud, hasta el PP que ahora preside en esta comunidad, pasando por un alto cargo de la Generalitat gobernada por Convergència i Unió. "Yo dejé de ser marxista cuando estudié economía", ironizó el ex portavoz del Gobierno de José María Aznar entre las risas de los asistentes.

Piqué explicó que, cuando era joven, se apuntó al marxismo y vivió "unos años excitantes y divertidos", pero luego en la universidad -estudió Ciencias Económicas- cambió de idea. Aunque dijo en ningún momento se ha arrepentido de esa militancia juvenil. Piqué no utilizó ayer la cita de Willy Brandt a la que suelen recurrir quienes han hecho su recorrido: "No ser comunista a los 20 años es no tener corazón, pero serlo a los 40 es no tener cabeza", decía el líder de la socialdemocracia alemana.

"Hace 25 años que soy un liberal pragmático", dijo el ex ministro como resumen de su perfil político. Respecto a su etapa con CiU, sostuvo que se limitó a participar en ese Gobierno "como técnico", ya sin compromiso político. Luego llegó al Gobierno del PP y estuvo tres años como independiente, hasta que entró en el partido en 1999. "Ser portavoz y no ser del partido era una esquizofrenia" se justificó.

El candidato del PP a la presidencia de la Generalitat, Josep Piqué, ayer durante su intervención en el Aula de EL PAÍS.
El candidato del PP a la presidencia de la Generalitat, Josep Piqué, ayer durante su intervención en el Aula de EL PAÍS.JOAN SÁNCHEZ

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