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Reportaje:

Con tres células basta

El congreso sobre el genoma que organiza la Fundación de Estudios Avanzados aborda técnicas de identificación forense

"El ADN de tres o cuatro células es suficiente". La tecnología relacionada con la identificación de individuos a partir de sus genes avanza a una velocidad "imprevisible e impresionante", de forma que el umbral actual de muestras necesarias para poder determinar si una persona ha estado presente, por ejemplo, en la escena de un crimen se ha situado en porciones ínfimas de ADN. Ángel Carracedo, responsable del laboratorio de genética forense del Instituto de Medicina Legal de Santiago, señalaba ayer en el congreso Impacto del genoma sobre nuevas tecnologías que basta un picogramo (una milésima parte de un nanogramo, que, a su vez, es una milésima de miligramo) de material genético para saber de quién se trata. O de otra forma: "Con los restos dejados en un bolígrafo o al sostener un vaso hay más ADN del que hace falta".

Los últimos avances permiten trabajar con estos segmentos tan pequeños, lo que ofrece la posibilidad de identificar a personas a pesar de que se hayan visto sometidos a condiciones extremas, ya que, gracias a su reducido tamaño, son más difíciles de destruir. Frente al análisis de microsatélites (el más generalizado, en el que se emplean pequeñas porciones de ADN que no forman genes y, por tanto no codifican caracteres) la última tecnología (snip typing) permite utilizar segmentos aún más pequeños. Carracedo puso el ejemplo de los cuerpos encontrados en el World Trade Center tras los atentados del 11 de Septiembre: había mucho material genético, pero en mal estado, después de las altas temperaturas provocadas por la combustión del queroseno de los aviones. En estos casos el ADN se desintegra en trozos, "pero siempre quedan pequeñas muestras analizables", de forma que "más de la mitad de los restos se identificaron con snip typing". Otro caso similar es una investigación sobre un asesinato en Noruega en la que se ha empleado para analizar una agresión sexual sólo tres cabezas de espermatozoide "y muy degradados".

En el otro extremo está la colilla de Royal Crown que sirvió para relacionar a Tony Alexander King con el asesinato de Rocío Wanninkhof, "un caso más fácil" ya que la saliva deja restos fácilmente identificables.

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