Bush accede a que una agencia independiente gestione el dinero iraquí

El Gobierno de Estados Unidos ha dado el visto bueno a la creación por parte del Banco Mundial de un nuevo organismo que canalice las aportaciones internacionales para la reconstrucción de Irak y dirija las prioridades de los gastos. Sin embargo, el dinero norteamericano -el invertido hasta ahora y los 20.000 millones de dólares recién aprobados por el Congreso- no pasará por esa nueva agencia.

Los grandes contratos de reconstrucción de las explotaciones petroleras y de infraestructuras civiles, los contratos adjudicados a los grupos Halliburton (petróleo) y Bechtel (infraestructuras) no cambiarán de manos.

La aprobación, el pasado jueves, de la resolución 1.511 del Consejo de Seguridad para ampliar la participación militar y económica de la comunidad internacional en Irak permitió, a corto plazo, una mejor perspectiva para la Conferencia de Donantes de esta semana en Madrid. Pero la resolución no cambió el control que ejerce en Irak la Autoridad Provisional de la Coalición ni modificará la adjudicación del grueso de los contratos a través del Pentágono y de la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional. Esta situación inhibe a países como Francia y Alemania, que, siguiendo el ejemplo de EE UU, no entienden la reconstrucción de Irak como un plan de ayuda desinteresada, sino como una inversión de la que sus empresas deben beneficiarse.

The New York Times, que adelantaba ayer la creación del nuevo organismo por parte del Banco Mundial, atribuye la luz verde de Washington a las presiones de los potenciales donantes: "Teníamos que actuar así porque la comunidad internacional nos estaba bloqueando en cuanto a las ayudas; los donantes quieren marcar las distancias", dijeron fuentes de la Administración a este diario. Añaden que Paul Bremer, administrador de EE UU en Irak, habría sido el principal impulsor de la concesión "modificando nuestros principios". En Tailandia, donde acompaña al presidente George Bush en su gira asiática, la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, confirmó que EE UU apoya la creación de la nueva agencia, aunque aseguró que ni Bremer ni nadie "ha renunciado a ningún principio".

"Se trata de un fondo especial, como los que existen para Afganistán y otros lugares, que sirva de vehículo para las aportaciones directas de donantes y para financiar las prioridades que puedan tener los iraquíes; estamos completamente a favor y no supone ningún giro por nuestra parte", insistió Rice, que también aclaró que "los 20.000 millones de dólares aprobados por el Congreso no se canalizarán a través de este fondo".

Los detalles se darán a conocer en la Conferencia de Madrid, confirmó la asesora de Seguridad, que dejó claro que el nuevo organismo tendrá poco margen de maniobra y no amenazará los grandes contratos estadounidenses: "Es otro instrumento, otro vehículo para la reconstrucción de la economía iraquí, especialmente útil para los donantes pequeños y medianos".

La nueva agencia, que se basará en la valoración de necesidades de 14 sectores de Irak que los expertos del Banco Mundial analizan desde hace meses, posibilitará la incorporación de dinero y de empresas de otros países, pero también complicará un panorama ya de por sí difícil y facilitará el riesgo de la duplicación de esfuerzos.