La contaminación del 'Prestige' en septiembre dobló la de agosto
Cada día entra chapapote en unos 10 o 12 arenales, pese a la "ligera tendencia a la baja"
El lento goteo de chapapote sobre las playas gallegas y cantábricas no cesa, y a veces incluso aumenta. La alarma saltó en verano, cuando los arenales estaban llenos de gente. Pero lo cierto en que en septiembre, por culpa sobre todo de las mareas vivas, llegó el mismo chapapote que en los dos meses anteriores juntos. Se recogieron más de 4.000 toneladas de residuos. Cada día, unas 10 o 12 playas amanecen manchadas. En Medio Ambiente hablan de "ligera tendencia a la baja", pero no se atreven a pronosticar un final. La contaminación de la primera semana de octubre superó a cualquiera de las del verano.
Más de 1.000 personas continúan trabajando en la recogida de los residuos del fuel del Prestige. A 11 meses del hundimiento, siguen llegando a la costa. Son la mitad de las 2.000 que lo hacían en septiembre y una cuarta parte de las más de 4.000 que colocó el Ejecutivo en verano, cuando la temporada turística del norte estaba en juego por culpa del molesto petróleo que manchaba los pies de los bañistas.
Los vientos del norte, que llevan los restos del Prestige hacia la costa comienzan a remitir en esta época del año. Aún así, cada día, a primera hora de la mañana, los trabajadores de Medio Ambiente se encuentran con unas 10 o 12 playas donde ha llegado nuevo chapapote.
El mes de septiembre ha sido uno de los peores del año, aunque el hecho de que las playas estén ya vacías ha dejado en un segundo plano del interés informativo este dato. Desde mayo no se había vivido una situación tan desfavorable. El mes pasado se recogieron en las costas españolas 4.061 toneladas de residuos, la mayoría en Galicia, frente a las 4.300 que sumaron los meses de julio y agosto juntos.
Xoan Novoa, representante del Ministerio de Medio Ambiente en la oficina del comisionado del Gobierno para la catástrofe del Prestige, aclara que este dato negativo se explica por las mareas vivas de la última semana de septiembre. Entraron decenas de toneladas sólo en la playa de O Rostro, en Fisterra, donde los técnicos trabajaron a destajo. Cada mes hay una semana de marea más fuerte, en la que el agua sube y también baja más, de modo que se puede recoger en zonas a las que normalmente no se puede acceder. En septiembre, ese fenómeno cobra más intensidad. En verano, a pesar de las molestias que causó a los bañistas, la llegada de chapapote a las playas fue moderada con respecto a otros meses.
Novoa no se atreve a poner una fecha final, a pronosticar el día en que no llegará más chapapote. Todas las noches cae algo. Tanto que, según los datos oficiales, el 70% de los 1.064 arenales que hay en las costas gallegas y cantábricas se han visto afectados en algún momento. Por comunidades hay datos espectaculares, como los de Cantabria, donde la mancha negra ha tocado el 97% de sus 62 playas, o el País Vasco, con un 95% de arenales contaminados.
Vuelve la rutina
El pasado 1 de octubre no entró fuel en ninguna playa. Era la primera vez que pasaba. Pero luego volvió la rutina. Novoa, sin embargo, es optimista. Insiste en comparar la situación actual con la de los meses anteriores, y por eso dice que hay una "ligera tendencia a la disminución" de la llegada de chapapote.
Todo depende de los vientos. Ahora se acaban los del norte, los peores. Pero vienen los del oeste o suroeste, y esos también pueden llevar combustible hacia la Costa da Morte. No hay predicciones fiables, porque el fuel está tan troceado que nadie sabe bien por donde anda.
Los responsables oficiales insisten en recordar que el invierno pasado "la situación era desmoralizante. Limpiabas horas y horas y todo seguía igual. Ahora ves cómo está la costa y el panorama es esperanzador. Hemos hecho mucho". Los responsables de Medio Ambiente comparan la situación actual con algunos datos del pasado invierno, que entonces trataron de minimizar, como las 800 toneladas de fuel recogidas en un sólo día en las playas de Carnota (A Coruña), uno de los municipio de la Costa da Morte más afectados por la llegada de chapapote.
También se destaca que mientras en diciembre de 2002 se encontraban restos en las playas con un contenido del 80% o el 90% de fuel, ahora las galletas que llegan, de sólo unos centímetros, tienen como media un 20% de combustible. Además, Novoa subraya el éxito del trabajo en las rocas con agua a presión. "Se han limpiado 1.265.000 metros cuadrados de rocas. Todo lo que podíamos. Es una cantidad equiparable a 200 campos de fútbol. Un trabajo espectacular".
Ahora queda hacer todas las pruebas de la llamada biorreme-diación, la limpieza con bacterias que se comen el fuel, para acercarse poco a poco a la limpieza definitiva, para la que tampoco hay fecha. Los técnicos de Medio Ambiente hacen planes trimestrales sobre los proyectos que van desarrollando. Y no quieren ir ni un día más allá de lo que les marcan esos planes. Sobre todo, porque nadie sabe si en algún momento el fuel que queda en el mar va a dar al traste con cualquiera de esas previsiones.
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