La Universidad de México y el Cervantes crean un certificado del español
El rector, Juan Ramón de la Fuente, defiende una estrategia conjunta para fomentar el idioma
Que el idioma es un instrumento poderosísimo de influencia global es algo en lo que Juan Ramón de la Fuente, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cree a pies juntillas. Hoy, el responsable de la institución universitaria más numerosa del mundo hispano -más de 250.000 alumnos- entra como patrono en el Instituto Cervantes, junto al que la UNAM desarrollará un certificado, un título de español para estudiantes de todo el mundo.
Juan Ramón de la Fuente llega a aportar vigor para esparcir el idioma. Energía no le falta, porque aplicar gobierno en la Universidad Autónoma de México, con sus 30.000 profesores e investigadores; sus instalaciones en 23 zonas diferentes del país; su editorial, que publica mil títulos al año -"tres al día", dice él-; sus 18 museos; su orquesta filarmónica; sus grupos de teatro y danza, "que hacen girar 10 espectáculos al año", asegura; y, atención, su equipo de fútbol, el de los pumas, segundo en la Primera División y entrenado por Hugo Sánchez, llevar las riendas de eso, es algo que sólo puede hacer alguien con carácter.
El caso es que este nuevo patrono del Instituto Cervantes, de formación médica, experto en nutrición y psiquiatría, a quien se dio la bienvenida ayer en la reunión anual del patronato que presidieron los Reyes, tiene más poder que un ministro en México. "Pero menos sueldo y, lo que es más importante, más autonomía", afirma.
Llega para aunar esfuerzos en la enseñanza del español y a poner en funcionamiento ese certificado que tiene la vocación de convertirse en la referencia del nivel de conocimiento del español en el mundo. "Será algo como el TOEFL en Estados Unidos o el First Certificate de Cambridge. Tendrá cinco niveles y un grupo de expertos ha elaborado ya el manual del primer curso, que se titula ¡Estoy listo!", cuenta el rector.
Los tiempos que corren son los más propicios para ocupar un lugar predominante. Las exigencias vienen, sobre todo, de Estados Unidos y Brasil, donde hay una demanda de 200.000 profesores de español para los próximos cinco años. La razón es clara: la pujanza de hispanos en el norte, sobre todo, ha abierto el apetito. "Las razones del aumento de demanda de aprendizaje tienen una vertiente cuantitativa en los latinoamericanos, sobre todo, pero hay otra cualitativa en la que ha tenido mucho que ver España". ¿En qué sentido? "Ha jugado un papel fundamental la Real Academia Española, que se ha abierto en los últimos años a varias iniciativas", asegura.
Hay otras razones, muy poderosas también. "Nuestro desarrollo científico y tecnológico, la globalización, pero también razones artísticas, como la calidad extraordinaria de nuestra literatura en el siglo XX, la española y la latinoamericana. Los escritores del boom, sobre todo, han tenido mucho que ver en esto", explica.
En fin, que hay que aprovechar todos estos elementos para poner en marcha una estrategia: "Es lo que nos ha faltado, una estrategia común para poner el español en un lugar predominante. Y para defenderlo también como un mecanismo de defensa de nuestra cultura y nuestros valores, algo que se ha demostrado que funciona bien desde el siglo XV", afirma.
Además, si no se crean mecanismos propios, no hay nada que hacer. Hay que copiar a los anglosajones. "Ellos, durante todo el siglo XX, han elaborado planes perfectamente concebidos de promoción y dominación con su lengua. En ellos se implicaba desde la economía a productos como la música popular y el cine. El mismo fenómeno Harry Potter es algo envidiable y a imitar. Además, nos beneficiamos todos del mismo, porque promueve la lectura entre los más pequeños, que es una de las grandes asignaturas pendientes entre nuestra infancia y juventud".
Babelia
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