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Reportaje:LA POSGUERRA DE IRAK

El 'agujero negro' de la economía iraquí

Un informe de la ONU y el Banco Mundial destaca que la riqueza del país se ha reducido un 50% en los tres últimos años

Después de más de dos décadas de guerra y de régimen brutal y corrupto de Sadam Husein y 12 años de embargo internacional, la economía iraquí es actualmente un auténtico agujero negro, según se desprende del informe de 77 páginas sobre las prioridades para la reconstrucción de Irak que acaban de hacer público Naciones Unidas y el Banco Mundial (Joint Iraq Needs Assessment. www. worldbank.org).

Con objeto de que la comunidad internacional no entierre su dinero en la arena y de cara a la Conferencia de Donantes que se celebrará en Madrid los próximos días 23 y 24, ambas instituciones han desglosado en el informe las partidas de gasto más urgentes en 14 sectores básicos, hasta totalizar una inversión necesaria de 35.589 millones de dólares en el periodo 2004-2007 y trazado una radiografía económica de un país que hace sólo una generación era uno de los más avanzados de Oriente Próximo y hoy está en coma.

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El informe, que señala las dificultades de obtener datos fiables en el Irak actual -varios funcionarios del Banco Mundial murieron en el atentado contra la sede de la ONU en Bagdad el pasado 19 de agosto-, destaca que en los últimos tres años el producto interior bruto (PIB) iraquí se ha reducido a la mitad, con un crecimiento negativo probable este año del 22% tras haber registrado un descenso del 21% en 2002 y del 12% en 2001.

La caída en picado del PIB este año está vinculada a tres hechos claves, según el informe: "Los problemas de producción de petróleo, con una disminución del 40%; el déficit de electricidad, con una caída en la producción del 30%, y el cierre temporal o definitivo de la mayoría de las empresas estatales".

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Asimismo, la renta per cápita, que "llegó a superar los 3.600 dólares en los primeros años ochenta siguiendo el incremento de los precios del petróleo", al inicio de la guerra contra Irán (1980- 1988), "cayó a unos 770-1.020 dólares

aproximadamente en el año 2001 y ha seguido declinando hasta los 450-610 dólares estimados para este año".

La ONU y el Banco Mundial calculan que la mitad de la población iraquí está actualmente en paro o subempleada y un porcentaje mayor continúa dependiendo de la ayuda alimentaria internacional. Teniendo en cuenta estos hechos y el dato de que el ineficiente sector público heredado de Sadam ocupa a millón y medio de trabajadores, ambas instituciones recomiendan "preservar el empleo y la estabilidad social" antes de lanzarse a una rápida campaña de privatizaciones y "evitar el impacto negativo de los precios" en las capas "más vulnerables de la sociedad, particularmente mujeres y niños".

Ante esta situación, el informe señala que las prioridades del nuevo Irak incluyen "el fortalecimiento de instituciones soberanas, transparentes y de buen gobierno; restaurar infraestructuras claves y servicios humanos básicos destruidos y degradados por años de desgobierno y conflictos y apoyar una transición económica y social que proporcione tanto crecimiento como protección social".

La ONU y el Banco Mundial distribuyen los más de 35.000 millones de dólares necesarios para reconstruir Irak principalmente en los epígrafes de Salud, Educación y Empleo; Infraestructuras; Agricultura y Desarrollo del Sector Privado. A esa cantidad, que pondrá a prueba la generosidad de la comunidad internacional en la reunión de Madrid, hay que sumar los casi 20.000 millones de dólares que la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA) -las fuerzas de ocupación que dirige EE UU en Irak- ha calculado que son necesarios para garantizar la seguridad y el funcionamiento de la industria del petróleo (véase gráfico).

Pero, como señala el Banco Mundial, todo este esfuerzo de reconstrucción de Irak "dependerá decisivamente de la restauración de una seguridad adecuada, del funcionamiento de los servicios básicos y de la expansión de la producción de petróleo". El presupuesto iraquí para 2004 prevé que su producción pase de los actuales 1,3 millones de barriles al día a 2,7 millones y genere unos ingresos por exportación de 12.000 millones de dólares. Sin embargo, la mayor parte de esos beneficios se irán en pagar salarios y subsidios y sólo 1.400 millones podrán ser invertidos en la reconstrucción.

El Banco Mundial concluye su informe advirtiendo de que, dada su "experiencia en las posguerras de otros países", las dificultades de la reconstrucción no se deban tanto a la falta de fondos como al problema de desarrollar instituciones que gestionen las inversiones.

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