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Kirchner sigue los pasos de Lula y descongela las relaciones con Cuba

Por primera vez en 15 años, un ministro de Exteriores de Argentina visita La Habana

Si hace dos semanas fue el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien viajó a La Habana para respaldar políticamente al Gobierno de Fidel Castro, ayer fue el de Argentina, Néstor Kirchner, quien mostró su voluntad de mejorar las relaciones con Cuba al enviar a la isla a su ministro de Asuntos Exteriores, Rafael Bielsa, que tenía previsto llegar esta noche. Es la primera vez en 15 años que un ministro de Exteriores argentino visita la isla.

Además, Rafael Bielsa acompaña al embajador recién nombrado, Raúl Taleb, que mañana presentará cartas credenciales ante las autoridades cubanas tras dos años y medio de tensiones diplomáticas.

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Las relaciones cubano-argentinas estaban prácticamente congeladas desde febrero de 2001, cuando Castro calificó al Gobierno de Argentina de "lamebotas yanqui" por votar a favor de una resolución de condena a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. A raíz de los insultos, el entonces presidente Fernando de la Rúa retiró su embajador en la isla y los vínculos bilaterales se empantanaron.

La situación comenzó a mejorar en abril, cuando el entonces mandatario Eduardo Duhalde cambió la línea sostenida por De la Rúa y su antecesor Carlos Menem y se abstuvo de votar contra La Habana en materia de derechos humanos en Ginebra. Un mes después, Castro viajó a Buenos Aires con ocasión de la toma de posesión de Kirchner, abriendo las puertas a la normalización.

En vísperas del viaje de Bielsa, Jorge Taiana, secretario de Relaciones Exteriores de Kirchner, afirmó que la visita debía interpretarse como una muestra "de buena voluntad", expresión del "deseo de normalizar las relaciones y de reimpulsar un intercambio económico, comercial y cultural con Cuba". El ministro asistirá mañana a la ceremonia de presentación del nuevo embajador en la Cancillería cubana y después firmará varios acuerdos de cooperación bilateral. Está previsto que durante su estancia de 48 horas en la isla, Bielsa dé los primeros pasos para negociar el pago de la deuda de Cuba con Argentina, que data de los años setenta y asciende a cerca de 2.000 millones de dólares.

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Antes de llegar a La Habana, Taleb adelantó cuál será la propuesta de su Gobierno: reconvertir la deuda en "bonos, que podrán ser comprados por empresarios argentinos al 50% de su valor en la medida en que Cuba ofrezca abrir su mercado en áreas como el turismo" o la importación de carne argentina. Aunque no está en el programa oficial, es más que probable que Bielsa se encuentre con Castro. Según fuentes diplomáticas, en el transcurso del viaje podría oficializarse una invitación cubana para que Kirchner visite la isla.

Según analistas y diplomáticos, poco más que una declaración de intenciones y buena voluntad podrá obtener el Gobierno argentino de Cuba en lo referente al pago de la deuda. "En lo económico, más bien Cuba está para que le ayuden. La situación financiera es delicada, y no es probable, aunque hubiera voluntad política, que se puedan destinar recursos a pagar una deuda millonaria", afirmó, a título personal, un economista cubano.

Pese al baldón de los 2.000 millones de dólares que separan a La Habana de Buenos Aires, la simpatía, y en ocasiones la sintonía, entre Castro y Kirchner es manifiesta. El primero ve al nuevo mandatario argentino como uno de los líderes latinoamericanos emergentes, igual que Lula y el venezolano Hugo Chávez, que defienden proyectos progresistas y están ganados para la causa de fortalecer la integración latinoamericana, como contrapeso a EE UU. Kirchner, a pesar de tener las manos atadas en lo económico, al nombrar a Taleb y enviar a Bielsa a Cuba ha tenido un gesto solidario -como Lula hace dos semanas- en momentos en que Washington trata de recrudecer el embargo y la isla tiene las puertas cerradas de la UE. No será mucho, pero al menos da la sensación que en La Habana hace menos frío.

Kirchner y Castro, en mayo pasado en Buenos Aires, tras la toma de posesión del presidente argentino.
Kirchner y Castro, en mayo pasado en Buenos Aires, tras la toma de posesión del presidente argentino.REUTERS

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