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La Armada argentina admite que llevó a cabo torturas durante la última dictadura

'Clarín' afirma que "en 21 años de democracia ningún jefe naval había llegado tan lejos" en el reconocimiento de la represión perpetrada por los militares

La Marina argentina ha reconocido hoy, por primera vez, que este cuerpo llevó a cabo torturas durante la última dictadura militar. En un duro discurso, el jefe de la Armada, almirante Jorge Godoy, ha admitido incluso que la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) fue un centro de torturas. Godoy ha calificado la sede de "símbolo de barbarie e irracionalidad", por lo que ha aceptado cederlo al Ejecutivo para construir un Museo de la Memoria.

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"Sabemos hoy, por la acción de la justicia, que aquel lugar fue utilizado para la ejecución de hechos calificados como aberrantes y agraviantes de la dignidad humana, la ética y la ley, para acabar convirtiéndose en un símbolo de barbarie e irracionalidad", ha indicado Godoy. Durante un acto por el aniversario de la muerte del almirante Guillermo Brown, Godoy ha añadido que el edificio de la ESMA, que el Gobierno del presidente Néstor Kirchner ordenó ceder para construir un museo, ayudará a la reconciliación nacional. Al finalizar el acto, el ministro de Defensa de Argentina, José Pampuro, ha destacado la "valentía" de la Armada al reconocer las violaciones a los derechos humanos cometidos en la ESMA.

Según publica el diario Clarín en su edición de hoy, que cita fuentes navales, el texto del discurso se preparó durante dos semanas y fue consensuado con el almirantazgo. Finalmente fue el propio Kirchner, según afirman sus colaboradores, el que hizo las últimas correcciones. El rotativo explica que "en 21 años de democracia ningún jefe naval había llegado tan lejos" en el reconocimiento del papel de la la Fuerza Armada durante los años de plomo". Aunque en contextos muy distintos, el mensaje "recuerda la autocrítica que realizó el general Martín Balza en 1995, seguida poco después por un tibio mea culpa del entonces jefe naval, almirante Enrique Molina Pico.

Una vieja reivindicación

Erigir un museo de la memoria en uno de los principales centros clandestinos de detención que funcionó durante el régimen militar (1976-1983) era un viejo anhelo de los organismos de derechos humanos. A principios de febrero pasado, Kirchner recogió este sueño y se comprometió a recuperar para la sociedad el edificio e instalar allí un centro que mantenga vivo el recuerdo de las atrocidades del terrorismo de Estado y la lucha de los organismos humanitarios.

El próximo 24 de marzo, cuando se conmemore un nuevo aniversario del golpe militar de 1976, Kirchner anunciará formalmente que la sede de la ESMA, por donde pasaron más de 4.000 detenidos durante la dictadura, será convertido en museo. El Ayuntamiento de la ciudad de Buenos Aires había elegido la década pasada la ESMA para instalar un museo, pero el entonces presidente Carlos Menem se opuso al proyecto ya que pretendía demoler esos edificios para levantar allí un centro comercial y sólo un monumento recordatorio, aunque la justicia logró frenar sus planes.

El Museo de la Memoria exhibirá testimonios, documentos y objetos que permitirán a los visitantes comprender ese oscuro periodo de la historia argentina y valorar la lucha de las organizaciones de derechos humanos por conocer la verdad y que se haga justicia. Según datos oficiales, durante el régimen militar desaparecieron unas 18.000 personas, aunque los organismos de derechos humanos estiman que las víctimas fueron unas 30.000.

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