_
_
_
_
PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2003
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El escritor de los escritores

Conocí personalmente a J. M. Coetzee hace tres años, cuando organicé en la sede del Colegio Nacional de México una serie de conferencias titulada Nueva geografía de la novela. Participaron, entre otros, Nélida Piñon, Susan Sontag, José Saramago, Gabriel García Márquez, Juan Goytisolo, Sergio Ramírez y J. M. Coetzee. Un hombre callado, saturnino, con la música por dentro. Pero ¡qué música! En su conferencia, Coetzee nos condujo por un viaje imaginario en barco a lo largo de las costas occidentales de África -su África- para ilustrarnos acerca de las literaturas -en plural- de ese continente. Del inglés al bóer, de las lenguas escritas y habladas del África negra, Coetzee dio una lección verdaderamente magistral y, para nuestros días, multicultural.

Más información
El Nobel premia la implacable honradez de Coetzee

Bastó escucharlo para saber que la historia no ha terminado porque no hemos dicho nuestra última palabra. La de Coetzee es dura y bella, implacable y tierna. Esperando a los bárbaros es una terrible reflexión sobre la transformación del verdugo en víctima, del opresor en rebelde. En el corazón del país es una oda del odio racial, la venganza y el lirismo de una hija que quisiera soñar al menos con el placer de su padre pecador. Foe es una de las más brillantes novelas dentro de la novela escritas en nuestro tiempo. Al poner en duda la autoría de Robinson Crusoe, Coetzee nos convierte a todos, a la vez, en náufragos literarios, en amos del esclavo y en esclavos del amo.

Finalmente, en su novela más reciente, Desgracia, Coetzee rompe toda ilusión de un posible idilio de regreso a la naturaleza. La vida del campo es más brutal e inmisericorde que cualquier pesadilla urbana. Capaz de ver en profundidad al otro que somos todos, Coetzee también se ve a sí mismo con la distancia de la tercera persona del singular en sus dos espléndidos libros autobiográficos, Infancia y Juventud. Éste es un Gorki para nuestros días.

Apuesto que Gabriel García Márquez y Sergio Pitol celebran hoy, conmigo, este justísimo Premio Nobel de Literatura 2003. Porque J. M. Coetzee no es sólo un escritor para escritores; es el escritor de los escritores.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_