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Benedetti cree que Bush lleva al mundo hacia su extinción

El escritor uruguayo presenta 'El porvenir de mi pasado', un nuevo libro de relatos

Jesús Ruiz Mantilla

Quizá porque piensa que la esperanza queda en el pasado: "Bush y sus aliados nos llevan hacia la extinción"; quizá también porque a sus 83 años dice no ver más horizonte que la muerte enfrente y esas tardes de invierno en las que recuerda el amor, Mario Benedetti ha dejado constancia de sus añoranzas y su forma certera de analizar la vida en El porvenir de mi pasado (Alfaguara). Se trata de un libro de relatos con título paradójico que le sirve para dar pruebas de su maestría en la distancia corta y que ayer presentó en Madrid.

Añora sus tiempos de taquígrafo en Montevideo y ese espíritu aventurero con fe ciega en sí mismo, en plena juventud, cuando se autopublicaba los libros. "Mis siete primeros libros me los pagué yo con unos planes que hacía con el banco sobre mi salario", asegura Benedetti (Paso del Toro, Uruguay, 1920), que ayer se prestó a contestar una batería de preguntas sobre sus nuevas y antiguas obras ante un auditorio con un centenar de periodistas en el Círculo de Bellas Artes, de Madrid.

También rememoró sus constantes huidas, de país en país, en busca de refugio. "Con la dictadura me tuve que ir de Uruguay. Unos amigos me avisaron de que si no me iba en 48 horas me meterían preso o me torturarían. Como no me gustaban esos planes para el futuro, decidí marcharme a Argentina", afirma socarrón, con el sentido del humor que le sirve en la distancia para reírse del horror.

"De Argentina me tuve que ir por los mismos motivos a Perú. Allí, un amigo mío me dio trabajo en un semanario, el Expreso, con la condición de que no escribiera sobre política peruana. Yo escribía de libros franceses e ingleses, pero un buen día llegó un policía a mi casa y me invitó a dejar el país: 'Usted escribe contra el Perú', me decía. Yo intenté convencerle de que no, al final me fui, pero me pidió un libro dedicado", asegura. "No he vuelto desde entonces, tengo miedo de que me vuelvan a echar".

Iba y venía. Uruguay, Argentina, Perú, Cuba... Experimentó el exilio y el desexilio. "La última es una palabra mía. Las dos experiencias son duras. La del desexilio es la vuelta a un país cambiado, al que te tienes que adaptar. Es una sensación rara", asegura. Luego cayó en Madrid y se entregó a la vida tranquila. Pero sigue batallador y contestatario. Le preocupa el mundo, qué le vamos a hacer. Habla de la situación mundial: "Así como yo me siento cercano a mi propia muerte, también me preocupa la muerte de la humanidad, y con Bush y sus aliados, la raza humana lleva camino de extinguirse", afirma contundente.

Sí hay esperanza en América Latina, con Lula en Brasil y Kirchner en Argentina. "Son dos hechos muy positivos, incluso lo pueden ser para Uruguay, aunque tenemos un presidente, Jorge Batlle, que no hace más que causarnos vergüenza". Sobre Cuba, también cayó alguna, aunque más tibia: "Me pareció un error la ejecución de los disidentes, pero me parecen un error todas las ejecuciones porque estoy en contra de la pena de muerte, las de Estados Unidos y China también. Nadie recuerda que Bush mandó ejecutar a 156 personas en Texas, ni que en Estados Unidos hay 2.080 condenados, la mayoría negros e indianos", afirma. "Pero es que a los medios les gusta hablar de los países pequeños, no de los grandes", ironiza después.

También le dan ánimos sus lectores. Él sí es de los escritores que ha descubierto las propiedades curativas de la literatura y eso le reconcilia con todo lo demás. Dos anécdotas lo certifican, una tiene que ver con la muerte y otra con el amor: "Una vez un chico, en Argentina, me dijo que tenía planeado suicidarse. 'Tenía pensado quitarme la vida un martes, pero el día antes me entró hambre y decidí bajar a por un bocadillo. Me encontré a un amigo que me vio mala cara, me preguntó qué me pasaba y me dejó su libro Inventario diciéndome que me vendría bien'. Lo leyó esa noche y se le quitó la idea de la cabeza", relata Benedetti. La otra fue una pareja que decidió casarse tras leer el mismo libro. "Yo les conocí cuando estaban divorciados y me lo contaron. Eran muy amigos todavía. Me los encontré al cabo del tiempo y me dijeron: '¿Sabés qué? Volvimos a leer Inventario y nos casamos otra vez'. Es lo más increíble que me ha pasado en mi vida".

Mario Benedetti, ayer en Madrid.
Mario Benedetti, ayer en Madrid.EFE
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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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