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Juan Ugalde atrapa el abandono y el dolor de una sociedad opulenta

El artista exhibe en Madrid sus últimas obras

José Andrés Rojo

"Caramba, parece que las cosas se están poniendo demasiado veloces", se dijo hace un tiempo Juan Ugalde (Bilbao, 1958). Y así lo cuenta ahora que sus nuevas obras se exponen desde ayer en la galería Soledad Lorenzo, de Madrid. El título de la muestra, Disconnecting people, resume sus intenciones: "Desde hace tiempo nos están bombardeando con la idea de conectarnos, desde los medios y del poder, y eso empieza a apestar a ideología".

Así que Juan Ugalde se fue a mirar qué pasaba por los márgenes de este mundo. Por los cementerios de coches, por los solares desiertos, por algunas casas semidestruidas, por las fábricas abandonadas, por la vida de los mendigos. Se metió de lleno en los desguaces, ahí donde ese mensaje omnipresente de conectarse no parece haber tenido demasiado eco.

"El soporte fundamental de todas las obras es la fotografía. Yo voy haciendo fotos y las voy archivando, hasta que decido embarcarme en un nuevo proyecto y elijo las que más me interesan", explica Ugalde sobre su manera de trabajar. La exposición de la galería Soledad Lorenzo (Orfila, 5; www.soledadlorenzo.com) reúne trece obras de gran formato y un vídeo. "Esta vez no me he servido de un revelado estándar, sino que me he metido en el laboratorio para buscar que las imágenes salieran un poco desenfocadas", añade.

Luego, sobre la imagen fotográfica, Juan Ugalde procede. "Para contrastar con el blanco y negro de las fotos he colocado esta vez unos baldosines de distintos colores". Y también, como siempre, la pintura -que vuelca contra el lienzo, que mancha sus esquinas, que subraya con sus trazos algunos espacios del lienzo- y diversos elementos con los que manipula la obra como si se tratara de un collage.

"¿Qué es lo que pasa allí donde la gente no se conecta? Ésa era la idea que ha inspirado estos trabajos. Me parece muy saludable la propuesta de desenchufarse, de no entrar en ese círculo vicioso con el que te machacan por todas partes. Lo que hago en mis obras es proponer reflexiones sobre las vidas que nos ha tocado vivir. Luego el espectador entra ahí, si quiere, e interpreta las cosas a su manera", comenta Ugalde.

Esos rincones desolados y el dolor que transmiten las ruinas de esta sociedad opulenta, que Ugalde atrapa en estos últimos trabajos, están tamizados por la mirada irónica y el humor de este artista, al que se ha vinculado habitualmente con las maneras desenfadadas propias del arte pop. Y así, gracias a pequeñas referencias, todas en color, que recogen el brillo de las cosas de la sociedad de consumo -y que se incorporan como un collage a cada una de las piezas-, el artista pone su nota de humor y de distancia ante los murmullos sombríos de las zonas marginales.

"Todo sucede a demasiada velocidad", dice Juan Ugalde. "Pin pan, de un lado a otro, de la adolescente que anuncia un yogur a las víctimas de un atentado terrorista, sin transición, a toda carrera. El humor es la única manera de digerir ese inmenso disparate. Y al mismo tiempo, cada vez más basura, restos, desperdicios. Comida basura, supermercados basura, televisión basura. Las cosas van demasiado rápido y ya nadie sabe cómo al final van a encajar en el puzle".

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Sobre la firma

José Andrés Rojo
Redactor jefe de Opinión. En 1992 empezó en Babelia, estuvo después al frente de Libros, luego pasó a Cultura. Ha publicado ‘Hotel Madrid’ (FCE, 1988), ‘Vicente Rojo. Retrato de un general republicano’ (Tusquets, 2006; Premio Comillas) y la novela ‘Camino a Trinidad’ (Pre-Textos, 2017). Llevó el blog ‘El rincón del distraído’ entre 2007 y 2014.

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