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Reportaje:LA POSGUERRA DE IRAK

Las tribus de Nayaf piden trabajo

Los jefes de los clanes iraquíes esperan que la cooperación española reactive la economía

Ángeles Espinosa

El jeque Zabán al Shibil tiene 50 hectáreas de terreno, pero este año la guerra le ha impedido cultivarlas. El jeque Salmán Abu Yasir al Qalayeb tiene 1.000 palmeras, pero en las actuales circunstancias no puede exportar sus dátiles. "La mayoría somos agricultores y esperamos que las fuerzas españolas nos ayuden con las infraestructuras", confiaron ayer a esta enviada una treintena de jefes de tribu de las provincias de Nayaf y Al Qadisiya reunidos en la capital de la primera para establecer sus prioridades ante la anunciada llegada de la cooperación española.

Las necesidades son muchas, pero los jefes de tribu tienen claro cuál es la más inmediata: reactivar la economía. "Con trabajo se mejora la seguridad, no es sólo una cuestión de tener más policías", señala uno de ellos ante la anuencia de los demás. Y es que la mayoría de la población de estas dos provincias donde están desplegados los soldados españoles no tiene trabajo, un problema especialmente grave entre los más jóvenes. "Ya existía una alta tasa de paro con el régimen anterior, pero tras la guerra ha aumentado con la disolución del Ejército y otros cuerpos oficiales", explica Mahmud al Safi, uno de los pocos que visten traje.

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La presencia de los jefes de tribu llena de vida el desvencijado vestíbulo del hotel Dar es Salam, en pleno centro de Nayaf. Desde la guerra, el establecimiento ya casi no recibe peregrinos iraníes, una de las principales fuentes de ingresos de la ciudad.

Aunque ni siquiera el jeque Zaban, que tenía línea directa de teléfono con Sadam Husein, lamenta el cambio de régimen, todos han conocido tiempos mejores. "Los americanos no han hecho ni un 1% de lo que prometieron", se queja el jeque Hamid al Meyali, al que todos presentan sus respetos. La visita mañana a Nayaf de los representantes de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) ha despertado expectativas entre estos hombres que aún tienen un ascendiente sobre grandes clanes familiares. Las tribus perdieron parte de su fuerza entre los años sesenta y ochenta cuando el Partido Baaz quiso modernizar el país. Pero Sadam volvió a recurrir a ellos para recuperar el control tras la guerra del Golfo.

Su doble juego durante el último conflicto -muchos de los jeques en todo el país cobraron tanto de Sadam como de EE UU- les ha dado fama de poco fiables. Aun así, los norteamericanos también les han cortejado en su esfuerzo por estabilizar el país tras el caos posbélico. Cuando se les pregunta si estarían dispuestos a proteger el oleoducto que pasa por Al Qadisiya y Nayaf como otras tribus hacen ya en el norte del país, no lo piensan: todo depende del precio. "Colaborar con ellos es una oportunidad, pero también resulta peligroso porque, si les defraudan, se pueden volver en contra suya", advierte un observador local.

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"La provincia ha estado tranquila hasta ahora, lo cual no significa que vaya a seguir así, porque la paciencia tiene límites", dice el líder de los Al Safi. Incluso si todo sale bien y los proyectos de ayuda permiten que el agua vuelva a llegar a algunos pueblos y que se mejore la red eléctrica, nada garantiza la inmunidad de las tropas. "La amenaza que afrontamos es de otro tipo", explica una fuente militar, "esta gente recibió con alivio a las fuerzas de la coalición y, aunque ahora estén defraudados con los estadounidenses, no están en principio predispuestos contra nosotros". "Esperamos unas relaciones amistosas y no de colonización, puesto que tenemos una historia común", afirma Kasim Yawad, jefe de la tribu Al Ghazalat.

De momento, y mientras llega la ayuda de la AECI, el Comité Cívico Militar de las fuerzas españolas ya ha recibido 200.000 dólares de la Autoridad Provisional de la Coalición para mejorar las infraestructuras.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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