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Entrevista:TENIENTE GENERAL LUIS FELIÚ | 'Número dos' de Defensa en la Autoridad de la Coalición en Irak | LA POSGUERRA DE IRAK | El papel de España

"Irak se ha convertido en un nuevo campo de batalla contra el terrorismo"

Ángeles Espinosa

"Hay mucho terrorista que trata de golpear a Estados Unidos y ha encontrado su oportunidad en Irak", asegura el teniente general Luis Feliú convencido de que este país se ha convertido en un campo de batalla para el terrorismo. Feliú es el adjunto al ministro de Defensa estadounidense en Irak y el más alto responsable español en la Administración Provisional de la Coalición (más conocida por sus siglas en inglés CPA).

El general Feliú hubiera acabado su carrera profesional en julio como representante militar ante la OTAN y la UE, pero un mes antes el ministro español de Defensa le llamó para esta tarea que califica de "fascinante". Hace un par de semanas vivió uno de sus momentos más duros cuando tuvo que repatriar el cadáver de otro militar español asignado a la CPA, el capitán de navío Manuel Martín-Oar. "Cubrí su féretro con la bandera de mi despacho", recuerda aún emocionado.

"Los terroristas han encontrado aquí un procedimiento fácil para golpear a EE UU"
"No hay seguridad y nos encontramos en un círculo vicioso del que es difícil salir"
"No nos enfrentamos sólo con restos del antiguo régimen, sino con terroristas"
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Pregunta. Los últimos atentados han puesto en entredicho la seguridad que provee la coalición en Irak. ¿Qué está fallando?

Respuesta. El problema es muy complicado porque, como dijo el embajador [Paul] Bremer [administrador civil estadounidense en Irak], esto se ha convertido en un nuevo campo de batalla contra el terrorismo. No nos enfrentamos sólo con restos del antiguo régimen, sino con terroristas. Y el terrorismo es muy difícil de combatir; requiere tiempo y muchos medios, no sólo militares, sino económicos y políticos. Ahí está el riesgo, porque el atentado terrorista todos sabemos que es fácil y, desgraciadamente, letal.

P. Se debate la necesidad o no de aumentar el número de tropas extranjeras. Algunos miembros del Consejo de Gobierno iraquí han pedido a EE UU que las duplique o que entregue la seguridad a los iraquíes. ¿Con qué alternativa se queda?

R. Me parecen dos posiciones extremas y creo que la solución está en el centro. En mi opinión, no hacen falta más fuerzas estadounidenses, hay suficientes con las que hay. El propio general [Ricardo] Sánchez [jefe de las fuerzas de EEUU en Irak] ha dicho que no quiere más tropas, que lo que quiere es más inteligencia, y mejor. Eso es lo que nos hace falta. También nos hace falta más policía.

P. ¿Por qué no se empezó desde el principio con más policía? ¿Por qué se desmanteló totalmente y ahora se está ampliando?

R. No lo sé. Tampoco lo puedo evaluar. Pero me imagino que había miedo a que se mantuvieran las estructuras del antiguo régimen. Si en el Ejército hay que cambiar la mentalidad, en la policía era todavía mayor esa necesidad, porque estaba más en contacto con el pueblo y los procedimientos de la policía de Sadam, desde luego, son inadmisibles. Había miedo de utilizar la misma policía. Ahora se están dando grandes pasos y se está aumentando el número de agentes, que es lo que hace falta.

P. ¿A qué atribuye ese fenómeno terrorista que antes no existía en Irak?

R. Hay muchas razones. Existen, efectivamente, restos del antiguo régimen que todavía presentan resistencia. Pero no es lo que más debe preocuparnos. Más preocupante es que este país, que todavía no ha establecido sus instituciones y su estructura, no está dotado de una policía completa, ni tiene elementos de inteligencia, resulta fácil infiltrar a terroristas de todo tipo. Y como hay mucho terrorista en el mundo que trata de golpear a los americanos, pues aquí ha encontrado un procedimiento muy fácil.

P. ¿No es responsabilidad de los ocupantes controlar las fronteras?

R. Sí, según el derecho internacional, la potencia ocupante es la responsable de la seguridad y del control de las instituciones dentro del país. Eso no tiene vuelta de hoja desde el punto de vista teórico. Ahora, en la práctica, no sé si se ha dado cuenta de la longitud de las fronteras y lo difícil que es su control. Me recuerda a la historia de aquel loco que no dejaba entrar a nadie a su finca si no pasaba por la puerta, puerta que cerraba con llave, mientras la finca no tenía ni una sola valla.

P. Faltos de seguridad y de suministros básicos, algunos iraquíes empiezan a echar de menos al régimen anterior. ¿Se está perdiendo la paz? ¿Existe el riesgo de que se pongan en contra?

R. No puedo predecir eso. Éste es un fenómeno complejo y un círculo vicioso. La mejor forma de combatir el terrorismo es que no encuentre apoyo en la población, y para que la población no esté descontenta hay que darle lo mínimo imprescindible para vivir. Aquí, por una serie de razones, no se ha llegado a los mínimos ni en el suministro de electricidad, ni en el de agua, ni en el nivel de empleo... Faltan carburantes. Todo esto crea un descontento que es un campo abonado para los terroristas. Por eso no hay seguridad, y sin seguridad no es fácil mejorar los servicios mínimos... Nos encontramos en un círculo vicioso del que es difícil salir. Se está saliendo, pero es muy complicado.

P. Algunas voces acusan a Estados Unidos de estar usando al resto de los países de la coalición de meras comparsas. ¿Cómo son sus relaciones con las fuerzas estadounidenses?

R. Tenemos que partir de la base de que la guerra la ha hecho Estados Unidos con el apoyo de Inglaterra. Lógicamente, ellos son los vencedores y las potencias ocupantes; ellos son los que han puesto el dinero; ellos son los que han puesto las vidas humanas, y entonces es lógico que ellos sean los que quieran mandar y, en cierto modo, imponer sus criterios, por lo menos en un tanto por ciento. No obstante, están pidiendo ansiosamente que les ayudemos ahora en esta fase. Necesitan a las demás naciones, y nosotros, los españoles, hemos sido bienvenidos y no nos hemos encontrado con dificultades, más allá del idioma o de la distinta mentalidad.

P. Una de sus tareas es ayudar en la creación del nuevo Ejército iraquí. ¿Cómo se está haciendo?

R. Se trata más bien de establecer las bases del futuro Ejército y del futuro Ministerio de Defensa. Resulta muy difícil crear un Ejército en un país donde esta institución tiene tradición de ser un órgano de control de la población civil al servicio de un partido en el poder, más que de defender los valores nacionales y las fronteras y el territorio del país. Cambiar esa mentalidad y hacer que sea un Ejército de un país democrático, sujeto al poder civil, que no sirva para el control de la población, que tenga una mentalidad distinta, nos creará problemas.

P. El Reino Unido ya intentó establecer aquí unas instituciones de corte occidental hace 80 años y todo se vino abajo. ¿No hay peligro de que estemos cometiendo el mismo error?

R. Ese peligro existe y existirá, porque es muy difícil que los países occidentales comprendamos totalmente la mentalidad de aquí. Ésa es la razón de que haya dicho, por la parte que nos toca, que no tratamos de hacer un nuevo Ejército o un nuevo Ministerio de Defensa, sino de sentar las bases para que sean los propios iraquíes, cuando tengan un Gobierno ya elegido, elijan qué modelo de Ejército quieren y qué modelo de Ministerio de Defensa.

El teniente general Luis Feliú, en una imagen del pasado mes de mayo.
El teniente general Luis Feliú, en una imagen del pasado mes de mayo.EFE

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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