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La marea negra deja 333 toneladas de chapapote en las playas en julio y agosto

Los expertos creen que el fuel del 'Prestige' seguirá llegando a la costa "como hasta ahora"

Maribel Marín Yarza

Los expertos ya lo advirtieron y no se equivocaron. El fuel del Prestige ha llegado con insistencia a las playas de Euskadi durante los meses de julio y agosto y ha deslucido en parte un verano que podía haber sido antológica por el buen tiempo, inusual en esta comunidad. Los servicios de limpieza han retirado de los arenales entre ambos meses un total de 333,82 toneladas de chapapote y sólo en agosto se han recogido otras 186,6 en el mar. Junto con junio han sido los peores meses tras la marea negra que azotó la costa vasca en febrero. "El fuel va a seguir arribando a nuestras costas como hasta ahora", dice Andoni Artola, miembro de la Comisión Interinstitucional de seguimiento del vertido.

El verano ha estado marcado por el sol y la omnipresencia del Prestige, que ha dejado constancia diaria de la catástrofe y se ha convertido en la pesadilla de los servicios de limpieza. "No sabes con qué te vas a encontrar cada mañana cuando te levantas para ir a la playa", explica un miembro del quipo que limpia las playas de San Sebastián. "Y aunque llegues y respires porque no hay más que cuatro galletas, dos horas más tarde te puedes encontrar con que las mareas se han confabulado contra tí".

En estas condiciones han trabajado unas 250 personas en los arenales vascos, más tenazmente en Vizcaya que en Guipúzcoa, pues ha sido aquélla la provincia que más ha acusado la fatal combinación de vientos y corrientes que lleva el fuel a la costa. De sus arenales se han retirado un total de 175,413 toneladas de restos impregnados en chapapote, frente a los 158,407 de Guipúzcoa. Con todo, la playa más dañada es guipuzcoana: en Zarautz se han retirado desde enero cerca de 230.000 kilos impregnados en fuel, encabezando el negro récord tanto en julio (40.960 kilos) como en agosto, 32.850 (hasta el día 26).

En Vizcaya, los arenales más dañados han sido Arrietara-Atxabiribil en julio (20.210 kilos) y Ogeia en agosto (11.600 kilos hasta el día 26).Si no ha llegado más chapapote a los arenales ha sido porque el dispositivo de búsqueda y rastreo en el mar ha conseguido frenar en buena medida su impacto en el litoral. Sólo en agosto se han retirado del agua 186,6 toneladas, lo que supone que se ha evitado el impacto "de tres a diez veces la cantidad señalada", según la Comisión. Ello no impidió, con todo, que el pasado día 20 las playas de San Sebastián (5,5 toneladas) y Zarautz (5,1) sufrieran la peor marea negra del verano y que calas y rocas sigan contaminadas. A mediados de julio tuvo que suspenderse un plan de limpieza de zonas de difícil acceso por la llegada constante de fuel, según acaba de revelar el consejero de Medio Ambiente, Sabin Intxaurraga.

El Prestige ha supuesto para el País Vasco una inversión tanto de esfuerzos -la Comisión amplió a mediados de verano el operativo de rastreo en el mar- como de dinero. Las instituciones vascas han invertido hasta ahora 39,7 millones de euros. "Estimar un coste global futuro es prematuro. No obstante, se dispondrán los recursos necesarios", afirma Andoni Arriola. El coste de la catástrofe se ha convertido en una de las principales batallas del Gobierno. El sábado, la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia se quejaba de que el Ejecutivo central no haya abonado aún los gastos correspondientes a las tareas de limpieza y abogaba por descontar dichas cantidades del Cupo establecido, en caso de que excedan "la bolsa" prevista para dejar libre de fuel la cornisa cantábrica.

Ayer fue un día relativamente tranquilo en Euskadi -se recogieron 3,127 toneladas de residuos con fuel en las playas y otras 8,150 en el mar-, pero el chapapote va a seguir llegando. Los científicos de Azti temen nuevas mareas negras con las mareas vivas de septiembre u octubre. Para esta semana se esperan vientos del norte-noroeste, aunque la ausencia de manchas cercanas a la costa no hace prever graves consecuencias.

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