Los sindicatos proponen flexibilizar los turnos para retirar el expediente en la ACB
El Ejecutivo considera "coyuntural" la regulación en la ACB
El comité de empresa de la ACB propuso ayer en su reunión con la compañía la retirada del expediente de regulación de empleo anunciado la semana pasada y una flexibilización del sistema productivo. Las conversaciones entre las dos partes continuarán esta tarde en un ambiente un tanto tenso. El anunció de la convocatoria de un día de paro hecho el pasado martes por el secretario de política industrial del metal de CC OO, Rufino Betete, enturbió ayer la negociación. El comité explicó a la empresa que estas manifestaciones no son correctas y que solamente convocarán movilizaciones si no se alcanza un acuerdo.
Los trabajadores propusieron a la empresa la retirada del primer periodo de inactividad -del 13 de septiembre al 5 de octubre- al considerar que han llegado nuevos pedidos. La empresa no confirmó ayer este punto. Para el segundo periodo de inactividad -17 de noviembre al 31 de diciembre- pidieron a la compañía un cambio del sistema de turno que permita trabajar de viernes a domingo, días en que la energía es más barata. Como en este supuesto sobra un relevo, sugirieron que se dedique a labores de mantenimiento.
Los trabajadores de la ACB mantienen que la postura empresarial responde a la política general del grupo Arcelor, propietaria del 80% de la planta vizcaína, para impedir una caída general de precios, más que a la propia marcha de la empresa. Los cuatro sindicatos del comité (CCOO, UGT, ELA y LAB) están preparando un informe conjunto para presentar ante la delegación de Trabajo antes del 2 de septiembre. La sección del Metal de LAB reclamó ayer a Trabajo que rechace el expediente de regulación porque puede afectar a la industria auxiliar.
El consejero de Industria, Josu Jon Imaz, afirmó ayer en San Sebastián que el expediente de regulación de empleo responde a una "cuestión coyuntural" y destacó que la firma tiene previsto duplicar su producción en un futuro próximo, informa Maribel Marín.
El consejero, aunque admitió que se trata de una "mala noticia", subrayó que "responde a una cuestión coyuntural y no hace que se cuestione el plan de inversiones de la empresa" que, según la compañía, asciende a 165 millones de euros. El Gobierno es propietario de un 10% del capital de la ACB.
El parón en la economía europea no sólo afecta a la producción y ventas de acero, también lo hace al sector del automóvil. En este marco se encuadra la decisión de Volkswagen de cerrar su planta de Landaben, en Navarra, los días 12 y 15 de septiembre ante la reducción de ventas de su modelo Polo. Esta medida ha causado una profunda división sindical en la factoría, cuyo comité de empresa se reunirá hoy para decidir si impugna ante los tribunales las dos nuevas jornadas de cierre patronal.
Demasiada producción
La factoría navarra del consorcio germano, que cuenta con 5.000 trabajadores, produce 1.247 coches diarios, cifra excesiva para las actuales demandas del mercado europeo, al que se dirige el 90% de la producción. Ello ha generado el progresivo almacenamiento de 4.700 vehículos, práctica radicalmente contraria a la filosofía del gigante alemán. Atendiendo a los acuerdos firmados por la dirección en diciembre de 2002 con UGT, CCOO y la Confederación de Cuadros, la firma ha anunciado que dichos días no se trabajará.
Los empleados cobran parte de su salario, pero están obligados a trabajar en otras fechas si la demanda así lo exige. Es lo que se llama bolsa de trabajo, que permite el cierre de hasta diez días por debajo del calendario base. Volkswagen ha cerrado ya por éste y otros conceptos un total de 14 días en 2003 por la reducción de mercados.
La plantilla aceptó una reducción salarial del 5,14%, pero las centrales firmantes estiman que los nuevos cierres sólo se ajustarían a los acuerdos si Alemania redujera la cifra de 244.000 vehículos adjudicada a la fábrica de Pamplona, extremo que todavía se no se ha producido.
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