Arafat exige una nueva tregua a los grupos radicales palestinos

Después de permanecer meses en el ostracismo político, el presidente palestino, Yasir Arafat, intentó ayer retomar la iniciativa para declararse dispuesto a combatir el terrorismo y exigir a las organizaciones radicales que acaten una nueva tregua. Esta propuesta fue rechazada por el Ejecutivo israelí, cuyo ministro de Defensa, Saúl Mofaz, aseguró que seguirá adelante la ofensiva militar contra los extremistas.

Cada vez más desacreditado por las maniobras de Arafat y las operaciones militares israelíes, el primer ministro palestino, Abu Mazen, convocó una sesión extraordinaria de su Gabinete para intentar afianzar su liderazgo.

Animado por una reciente llamada telefónica del secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, y por la visita del asesor de Seguridad Nacional egipcio, Osama el Baz, Arafat parece intentar resurgir para recuperar la influencia perdida. En una entrevista concedida a la agencia Reuters, el presidente palestino se mostró dispuesto a contribuir a la lucha contra el terrorismo, pero puso la condición de que Israel ponga fin a los asesinatos selectivos y a las operaciones militares. "Estoy preparado para aplicar la ley [contra los radicales] si Israel para sus ataques", afirmó Arafat, aunque luego añadió que no llegaría al punto de arriesgarse a provocar una guerra civil entre palestinos con su intervención.

"El presidente Yasir Arafat llama a todas las facciones a retomar su compromiso de tregua para así dar una oportunidad a los esfuerzos de paz internacionales y a la aplicación de la Hoja de Ruta, que el Gobierno israelí se niega a cumplir", señalaba un comunicado oficial emitido ayer por su oficina.

Después de permanecer al margen de la declaración de tregua del 29 de junio, que fue gestionada por el primer ministro Abu Mazen, el presidente Yasir Arafat estaría intentando recuperar ahora su posición dentro de la arena política palestina.

Pero el ministro israelí de Defensa, Saúl Mofaz, salió rápidamente al paso para bloquear cualquier posibilidad de que esto ocurra. "No tenemos más remedio que actuar severamente contra la infraestructura del terrorismo y, mientras ésta no sea desmantelada, no habrá continuación del proceso de paz", dijo el ex jefe del Estado Mayor del Ejército ante los micrófonos de la radio pública israelí.

El ministro de Defensa reiteró su oposición al concepto de tregua, visto el fracaso del precedente alto el fuego, e insistió en su demanda de que la Autoridad Palestina se enfrente policialmente a los extremistas, en vez de negociar con ellos.

Eclipsado por la trayectoria emergente de Arafat, Abu Mazen convocó una reunión extraordinaria de su Gabinete, que se celebró ayer en la ciudad de Gaza. El primer ministro palestino se desplazó a la franja para diseñar una estrategia que le permita retomar el control de la situación de seguridad, que degeneró en caos tras el fracaso de la tregua. Asimismo, pidió al portavoz del Consejo Legislativo, Ahmed Qureia, que convoque al pleno del Parlamento, ante el que presentará una moción de confianza para acallar a aquellos que cuestionan su capacidad de liderazgo.

La ausencia de Abu Mazen de Ramala, la capital administrativa y política de la Autoridad Palestina, fue aprovechada por el Ejército para efectuar una nueva redada. Las tropas israelíes irrumpieron por sorpresa en el centro de la ciudad, interrumpieron una manifestación del Frente Popular para la Liberación de Palestina, en el segundo aniversario del asesinato de su secretario general, Abu Alí Mustafa, y practicaron una veintena de detenciones.

En Belén, los soldados israelíes abatieron a un palestino que, según la oficina del portavoz militar, intentó atacarles con un cuchillo, después de que se produjeran disturbios junto al enclave religioso judío de la Tumba de Raquel.