Kirchner pasa hoy su primera prueba en las elecciones de Buenos Aires

Boca o River, Kirchner o Menem, centroizquierda o centroderecha, todas las rivalidades y disputas políticas, deportivas, culturales y tradicionales en la capital argentina parecen estar en juego hoy en la elección del jefe de Gobierno de Buenos Aires. Los 2.688.735 ciudadanos habilitados para votar deberán elegir también 60 legisladores de la ciudad y 12 diputados que la van a representar en el Congreso nacional. Los sondeos de opinión anticipan un "empate técnico" entre Aníbal Ibarra, un aficionado del River que va por su reelección y el presidente del Boca, Mauricio Macri. Ambos candidatos son favoritos para disputar la segunda vuelta electoral el próximo 14 de septiembre si ninguno obtiene el 50% de los votos.

El candidato de Fuerza Porteña y actual jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, logró nacionalizar la campaña al punto de anticipar en una conversación con EL PAÍS que "ahora también la opción será Kirchner o Menem".

Por su parte, Mauricio Macri, cuya familia ha mantenido fuertes vínculos con el ex presidente Menem, ha intentado presentarse ante la sociedad como un extrapartidario, un peronista "independiente" que forma "equipos de gobierno" con jóvenes sin antecedentes políticos.

A pesar de la derrota de Menem el pasado abril, la victoria en la capital del candidato de la derecha, Ricardo López Murphy, confirmaba que Macri tenía allí un alto porcentaje de votos asegurado. Pero dos obstáculos de último momento derrumbaron su impecable imagen. El juicio político a los jueces del Supremo por fallos sospechosos de corrupción, entre los que se encuentra el que favoreció a una empresa automotriz de los Macri y el extraordinario ascenso en la popularidad del presidente Kirchner, que se produjo desde fines del pasado mayo.

Apoyo del presidente

El sorpresivo liderazgo de Kirchner le devolvió la vida, el ánimo y el aliento político al debilitado Ibarra, que como único mérito de su gestión destaca que sostuvo "en pie y funcionando a Buenos Aires durante la peor crisis de la historia argentina". Un ex opositor suyo, Alberto Fernández, designado jefe del gabinete de ministros de Kirchner, le dio el apoyo y volcó al Gobierno nacional a favor de Ibarra.

Ayer, la ciudad amaneció empapelada con las fotos de Kirchner y de Ibarra como si fueran candidatos de una misma fórmula. La acelerada reducción de la ventaja que tenía en las encuestas reveló al auténtico Macri. El líder de Compromiso para el cambio descartó a los jóvenes del equipo, se alió con los restos del menemismo y los impresentables dirigentes peronistas de la capital del país Los dos candidatos que se consideran a sí mismos como representantes de la nueva política libraron una de las campañas electorales más sucias que se recuerde, sobrecargada de acusaciones. En la última semana, Mauricio Macri tuvo que admitir que "fue un error" haber apoyado a Menem en los años noventa para tratar de librarse del salvavidas de plomo que logró encajarle Ibarra.