La imagen del 'Prestige'
Hoy se cumplen nueve meses desde el hundimiento del Prestige con más de 70.000 toneladas de fuel dentro. En aparente respuesta a informaciones sobre la persistencia de la contaminación de las playas del Cantábrico, la Xunta reaccionó el domingo con una nota, redactada en tono escolar, en la que se afirma que, frente a los "augurios catastrofistas", Galicia ha "superado con resultados muy positivos" la prueba del verano. Por su parte, el comisionado del Gobierno, Rodolfo Martín Villa, ha reconocido que se cometieron errores, pero cree que se ha "exagerado mucho" y sigue pensando que fue un "acierto" el alejamiento del buque.
Es cierto que las cosas han mejorado, pero, contra lo que las autoridades pronosticaron, el fuel ha seguido llegando a las playas, lo que ha tenido una incidencia negativa en el turismo estival de la cornisa cantábrica; también en Galicia, según responsables del sector hostelero, en abierta contradicción con la Xunta. Tal vez haya ocasión de contrastar los datos si el PP admite la comparecencia parlamentaria del vicepresidente Rajoy que van a solicitar el BNG e Izquierda Unida.
No basta con afirmar, con la Xunta, que "por encima de todo debe estar siempre la imagen de Galicia" para que los problemas desaparezcan. Un documentado informe redactado por 40 universitarios gallegos ofrece datos espectaculares, como la probable muerte de más de un cuarto de millón de aves, un deterioro de los fondos que afecta a la cadena alimentaria marina y que puede tardar 10 años en recuperarse y un coste económico que en conjunto puede superar la cifra récord de 7.500 millones de dólares que supuso el hundimiento en Alaska, en 1989, del Exxon Valdez.
El estudio critica la gestión de la crisis por las autoridades, en particular la decisión de alejar el buque, que extendió y agravó los efectos de la catástrofe para no asumir los costes políticos de llevarlo a un refugio en algún lugar de la costa. Esa conclusión figura también en el informe final de la comisión parlamentaria constituida en Francia tras la llegada a sus costas del vertido del Prestige.
El Gobierno no se ha apeado nunca de su valoración inicial de que la solución adoptada fue la menos mala. Es cierto que resulta más fácil afirmarlo ahora que en el momento, pero esa valoración resulta hoy insostenible:en las condiciones en que se encontraba el barco, alejarlo en una trayectoria errática determinada por las presiones portuguesas y francesas favoreció su ruptura y hundimiento en el peor lugar imaginable. Seguir negándolo sí que contribuye a dar una imagen negativa, quizá no de Galicia, pero sí de quienes la gobiernan, desde Santiago o desde Madrid.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Política nacional
- Opinión
- Naufragios
- Presidencia Gobierno
- Catástrofe Prestige
- Petroleros
- Accidentes marítimos
- Mareas negras
- Catástrofes
- Galicia
- Accidentes
- Contaminación marítima
- Barcos
- PP
- Partidos políticos
- Desastres
- Transporte marítimo
- Comunidades autónomas
- Contaminación
- Problemas ambientales
- Sucesos
- Administración autonómica
- Transporte
- Administración Estado
- Política