Rajoy "lamenta" que el PSOE rechace el frente contra Ibarretxe

La versión que el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ofreció ayer del encuentro que mantuvo el 30 de julio con el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dado pie al Gobierno para levantar acta de que los socialistas han abierto otra etapa y "han abdicado de trabajar para construir la alternativa democrática en el País Vasco". Así lo expresaron ayer el secretario de Estado de Organización Territorial, Gabriel Elorriaga, en un encuentro con la prensa, y el propio Rajoy, en una declaración a Efe.

Rodríguez Zapatero rechazó durante la entrevista formar un frente común con el Ejecutivo contra el plan soberanista del lehendakari, Juan José Ibarretxe.

Rajoy cree que la posición socialista de construir su propio discurso alternativo, distinto al del Gobierno, "no es tanto por un problema de tono del Ejecutivo, como alega Zapatero, como de querer diferenciarse no se sabe bien a qué efectos".

Los socialistas admiten, por su parte, que la situación del País Vasco ha cambiado tras las elecciones municipales y creen que el PSE se encuentra en condiciones de liderar el bloque constitucionalista. Sus dirigentes quieren desmarcarse del "tono de crispación" que José María Aznar ha imbuido a la política vasca con su estrategia de enfrentamiento con el nacionalismo, y también de la "utilización partidista que está haciendo del problema para polarizar el voto entre los extremos".

"El PSOE tiene su espacio, su alternativa, y exige que sean respetadas", dijo ayer el portavoz en el Congreso, Jesús Caldera, quien reiteró su rechazo al plan Ibarretxe. A este respecto, el portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, pidió ayer al partido socialista que "no critique el plan Ibarretxe antes de conocerlo".

El PP corrige a Piqué

Pero Caldera dio ayer un paso más y trató de demostrar "el oportunismo en que incurre el PP" en materia territorial. Para ello, recordó que "mientras el PP nos acusa de cuestionar la unidad de España con la propuesta reformista de Maragall, el candidato del PP a la Generalitat, Josep Piqué, ofrece un pacto de Gobierno al candidato de CiU, Artur Mas, cuando éste propone una reforma del Estatuto catalán más próxima a la de Ibarretxe que la de Maragall".

Caldera se refería a la oferta que el sábado hizo Piqué a CiU, en la que le animaba a formar un gobierno conjunto con el PP, porque tras las elecciones catalanas de noviembre ningún partido tendrá mayoría suficiente para gobernar y "no bastará con la colaboración parlamentaria de las dos anteriores legislaturas" entre populares y convergentes.

La respuesta no se hizo esperar y el secretario de Estado de Organización Territorial, tras el envite posterior de Caldera, matizó la posición adelantada por Piqué el sábado y aseguró que no habrá pacto de gobernabilidad del PP con CiU en Cataluña sobre la base de la reforma del Estatuto que propone Mas.