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Mercedes amenaza con trasladar producción de Vitoria por el conflicto laboral

El Gobierno vasco subraya la seriedad de la advertencia de la multinacional alemana

El Gobierno vasco está convencido de que la amenaza de la dirección de Mercedes-Benz de trasladar parte de su producción de furgonetas de Vitoria a una planta alemana, si continúa el conflicto por la negociación del convenio, es real y no estrategia negociadora. Su consejero de Industria, Josu Jon Imaz, hizo ayer un llamamiento a las dos partes para que reanuden el diálogo. Fuentes de la dirección de Mercedes Vitoria ya advirtieron el 11 de julio de la posibilidad de un traslado de producción, que un vicepresidente de la matriz, Daimler-Chrysler, oficializó el lunes en una carta a Imaz.

La multinacional asegura que la conflictividad está afectando gravemente el lanzamiento europeo de las nuevas furgonetas Vito (industrial) y Vito2 (movolumen familiar), anunciado para septiembre. Mercedes ha dejado de fabricar 3.000 vehículos desde que comenzaron los paros, a principios de junio. Los sindicatos quieren evitar durante la negociación del convenio que la empresa haga uso de un nuevo sistema de producción basado en dos turnos de nueve horas, que tanto las fuerzas sindicales como la dirección de la empresa y el Gobierno vasco firmaron en 1999, para garantizar las inversiones de 650 millones de euros necesarias para producir el modelo Vito2.

El portavoz y consejero de Industria dijo ayer que van a seguir trabajando como "agentes favorecedores del diálogo" entre las partes. Josu Jon Imaz destacó que el proyecto NCV2 -monovolumen Vito2- "es una importante inversión del orden de 650 millones de euros, a la que el Gobierno vasco ha apoyado con un volumen significativo de ayudas públicas del 5%, previamente autorizadas por Bruselas". Una inversión que, en opinión de Imaz, es estratégica, no sólo por el volumen económico, "sino también por el efecto multiplicador en el tejido productivo y el empleo, en particular en Álava". El teniente de diputado general de Álava, Juan Antonio Zárate, se sumó a la preocupación institucional. La planta de Vitoria emplea a 4.200 personas y genera empleo indirecto estimado en casi el doble.

Más de la mitad del empleo directo, 2.200 contratos fijos, se creó gracias al acuerdo 1999-2002. La empresa, los trabajadores y el Gobierno vasco firmaron un pacto que permitió a la casa matriz en Alemania decantarse por Vitoria frente a Polonia para unas inversiones iniciales de 450 millones de euros. El acuerdo incorporaba un nuevo sistema de producción para el NCV2 de dos turnos de nueve horas, que se aplicaría a medida que se iba incrementando el ritmo de producción. Sistema que fue compensado con una paga extra y con un día de fiesta después del octavo día de turno. Sin embargo, la firma no ha podido ponerlo en marcha debido a la oposición sindical, que convocó cinco días de huelga, la última para el día 29, entre otras reivindicaciones para eliminar la novena hora. Las centrales, que ayer calificaron de rotundo éxito el cuarto día de huelga, no creen que la multinacional hable en serio, y lo consideran una amenaza para romper la huelga.

En Ludwigsfelde, Alemania, Daimler-Chrysler tiene una planta en la que produce el Vaneo, un vehículo con poco éxito comercial. Ése sería el destino del montaje de la nueva Vito.

Un grupo de trabajadores de Mercedes, en la puerta de la factoría de Vitoria durante la jornada de huelga.
Un grupo de trabajadores de Mercedes, en la puerta de la factoría de Vitoria durante la jornada de huelga.L. RICO

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