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Reportaje:

La pesadilla de un directivo

Condenan al 061 por someter a un trabajador a una situación de 'mobbing' y le obligan a restituirlo

Cuando conoció la sentencia, Carles pensó que su calvario había terminado, pero no fue así. El Juzgado de lo Social número 8 de Barcelona condenó el pasado 17 de junio al Servicio Coordinador de Urgencias de Barcelona 061 por haber sometido a Carles Benet, ex director operativo de la empresa, a una situación de acoso psicológico en el trabajo (mobbing) y le ordenó restituirlo en el puesto laboral del que había sido destituido. La reacción del 061 a la resolución judicial no tardó en llegar: comunicaron a Benet que estaba despedido.

Sentencia en mano, Benet, de 45 años, se presentó a la empresa pensando reincorporarse a su antiguo puesto de trabajo, pero el 061 le dijo que le daban un permiso retribuido sine die. Una semana después, el gerente del 061, Maurici Olivé, le comunicó que estaba despedido y le puso unos cheques encima de la mesa. Benet no lo aceptó y pidió la ejecución provisional de la sentencia. Por su parte, la empresa -participada en un 40% por el Ayuntamiento de Barcelona y en un 60% por la Generalitat-, la ha recurrido. El Departamento de Sanidad eludió la semana pasada hacer ningún comentario al respecto a la espera de que finalice el proceso judicial.

Benet cree que el acoso moral empezó a raíz de unas desavenencias con sus superiores sobre la organización de los recursos del 061. "Me llegaron a decir que aquello era como una panadería y que cuando el pan se había terminado se colgaba el cartel de que ya no quedaba más", afirma. Benet, que se incorporó al 061 en 1992, cuenta que la empresa cambiaba de gerente cada dos años y que con cada cambio él iba ganando responsabilidades. Hasta enero de 2001, que fue cuando el gerente, Jordi Mauri, le comunicó el despido disciplinario "por falta de confianza". Cuatro días después, la empresa rectificó y anuló el despido.

El inicio del acoso

Fue a partir de este episodio que Benet empezó a sufrir lo que él define como "pesadilla". Fue destituido como director operativo del 061 y la empresa creó un nuevo cargo diseñado ad hoc para él: jefe de gabinete de proyectos. Aparentemente y sobre el papel, Benet no bajaba posiciones en el organigrama empresarial. Pero la práctica y el día a día demostraron que el nuevo puesto, y así lo recoge la sentencia, "era una mera pantalla que nació desprovista de contenido práctico y que fue creada artificiosamente para marginar al trabajador". Lo aislaron del resto de sus compañeros de trabajo, le restringieron el acceso a la base informática y desde su teléfono sólo podía llamar a la provincia de Barcelona, algo que no deja de parecer contradictorio si se tiene en cuenta que su primera tarea fue la de elaborar un sistema de emergencia para la República Dominicana.

Benet entregó los proyectos que le habían sido encargados en julio del año pasado, y desde entonces hasta que cogió la baja por depresión en diciembre, nadie le encomendó ningún trabajo. La sentencia considera probado que existía un "plan tramado" para degradar el ambiente de trabajo y la "resistencia psicológica" de Benet.Pero él sabía que irse era aceptar la derrota: "Si me marchaba por mi propio pie, el fracaso se iba conmigo". Por eso aguantó, y cuando vio que la situación era insostenible, decidió acudir al médico y a la Inspección de Trabajo, que tras un año de investigación, concluyó que Benet sufrió "un accidente de trabajo derivado de una situación de acoso moral".

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Benet todavía no logra entender cómo una empresa cuya función es asistir a las personas haya podido permitir en su propia sede "la práctica de medidas destinadas a destruirlas". Tampoco comprende que el consejero de Sanidad, Xavier Pomés, no haya pedido responsabilidades por este caso durante todo este tiempo ni se haya pronunciado al respecto. Ahora, sólo espera que se haga efectiva la sentencia para que, de una vez por todas, termine su pesadilla.

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