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ATENTADO SUICIDA EN MOSCÚ

Dos suicidas matan a 14 personas en Moscú

El ministro del Interior dice que los ataques responden a la convocatoria de elecciones en Chechenia

Al menos 16 personas murieron ayer, entre ellas dos terroristas suicidas, y más de veinte resultaron heridas en el atentado cometido durante un festival de rock en un aeródromo de Moscú. Los trágicos hechos ocurrieron después de que la policía detuviera a dos mujeres que despertaron sus sospechas en diferentes accesos al aeródromo de Túshino, en el noroeste de la capital. Al serles negada la entrada en el recinto, las mujeres se inmolaron junto a las taquillas del recinto haciendo estallar sus cinturones con explosivos, según las autoridades rusas. Todo indica que el atentado es obra de los separatistas chechenos, que, ocho meses después de la toma de rehenes en el teatro de Dubrovka, donde murieron 129 rehenes y 41 terroristas, han vuelto a elegir Moscú como blanco.

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El presidente ruso, Vladímir Putin, fue informado inmediatamente de los hechos, que demuestran que los extremistas están decididos a llevar la guerra desde Chechenia al corazón de Rusia. Las explosiones, que ocurrieron poco después de las dos de la tarde (mediodía en la España peninsular), no interrumpieron el festival de rock, que había sido bautizado con el nombre de Alas y contaba con 40.000 espectadores.

A la entrada del aeródromo, decenas de personas se desangraban tras haber sido alcanzadas por los rodamientos y piezas metálicas con los que estaban rellenos los explosivos de las mujeres bomba. En el interior del recinto la música continuó durante cuatro horas más.

Las autoridades, en vez de organizar una evacuación inmediata, habían decidido tomárselo con calma para no levantar una oleada de pánico y esperaron al fin del concierto para tomar medidas. Mientras la gente bailaba y cantaba, enviaron 200 autobuses que llevaron al público a las estaciones de metro más próximas una vez finalizado el concierto.

Borís Grizlov, ministro del Interior, se trasladó rápidamente al lugar de los hechos, acompañado de otras autoridades, entre ellas el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, y el ministro de Situaciones de Emergencia, Serguéi Shoigú. "Dieciséis personas murieron cuando las mujeres hicieron explotar sus cinturones de suicidas", informó Grizlov ante las cámaras. La cifra puede ser mayor, ya que Grizlov se refería a los cuerpos sin vida que han sido llevados al depósito de cadáveres. Pero además de éstos se han encontrado numerosos fragmentos humanos, por lo que los médicos piensan que el número de víctimas podría aumentar.

La segunda explosión

Las explosiones fueron por lo menos dos -el Servicio Federal de Seguridad hablaba de una tercera, que no ha sido confirmada-, y ocurrieron en diferentes accesos al aeródromo. Fue la segunda explosión, que se produjo unos 15 minutos después de la primera, la que dejó el mayor número de víctimas, según el relato de testigos citados por el canal NTV.

Los peritos calculan que los explosivos equivalían a un kilo de trilita -medio cada suicida-, y que el principal daño fue causado por la metralla en que se convirtieron los rodamientos y piezas metálicas que contenían. Una cincuentena de ambulacias llegaron al aeródromo para atender a los heridos, algunos de los cuales presentaban amputaciones causadas por esa metralla, y evacuarlos a cinco hospitales diferentes de Moscú.

Los agentes de seguridad informaron de que se encontró un tercer artefacto explosivo que fue desactivado a tiempo. Algunos policías piensan que se puede tratar de restos del segundo artefacto que estalló en Túshino. Los cómplices de las suicidas aparentemente huyeron en un microbús blanco, del que se dio orden de búsqueda y captura.

En el lugar de una de las explosiones, la policía encontró un pasaporte a nombre de Zaliján Elijadzhíyeva -una chechena de 20 años de edad-, que, según el ministro del Interior, sería una de las terroristas.

Grizlov, que prometió "sentar en el banquillo de los acusados" a los organizadores, opinó que el atentado es la respuesta desesperada de los separatistas al decreto que acaba de firmar Putin convocando a elecciones presidenciales de Chechenia para el próximo 5 de octubre.

El Kremlin ha apoyado una serie de medidas políticas para traspasar el Gobierno de la república rebelde a los chechenos prorrusos, encabezados por el actual presidente en funciones, Ajmad Kadírov. En marzo se realizó un referéndum que aprobó una nueva Constitución chechena -especie de estatuto de autonomía-; actualmente se negocia un proyecto de división de facultades entre la pequeña república norcaucásica y el centro federal, y este mismo año se elegirá un presidente y un Parlamento locales, todo lo cual debería ayudar a normalizar la situación política en Chechenia y marginar definitivamente a los independentistas.

Este último atentado confirma una tendencia que se viene perfilando desde la toma de rehenes del teatro de Dubrovka, a saber, la participación de mujeres en los ataques suicidas. De los 41 terroristas de Dubrovka, 19 eran mujeres y la menor de las cuales tenía 16 años. Según el viceministro ruso del Interior, Rashid Nurgaliev, que dirige el estado-mayor de crisis encargado de la investigación de los atentados, los cinturones de mártires utilizados por las dos mujeres son muy parecidos a los que llevaban las kamikazes de Dubrovka.

Otros atentados en los que participaron mujeres son el cometido con un camión cargado de explosivos que en diciembre pasado destruyó la sede de Gobierno de Grozni, en cuya cabina iba al menos una mujer; también en el automóvil que explotó en mayo junto a la sede del Servicio Federal de Seguridad en Známenskoye. Dos mujeres se inmolaron ese mismo mes durante una fiesta religiosa en una aldea chechena, cuando trataban de abrirse paso hasta la tribuna donde se encontraba Kadírov. Por último, el mes pasado otra mujer bomba estalló en Osetia del Norte junto a un autobús que trasportaba personal del aeropuerto militar de Mozdok.

Policías inspeccionan el lugar donde una suicida hizo, ayer, estallar su carga explosiva a la entrada del aeródromo de Túshino, cercano a Moscú.
Policías inspeccionan el lugar donde una suicida hizo, ayer, estallar su carga explosiva a la entrada del aeródromo de Túshino, cercano a Moscú.AFP

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