El Museo Whitney analiza la imagen de EE UU en el resto del mundo
El efecto americano, la nueva exposición del Museo Whitney, de Nueva York, es una atrevida reflexión sobre la influencia de Estados Unidos en el resto del mundo, vista por 47 artistas internacionales. La muestra no deja títere con cabeza. Todo es analizado, desmenuzado y transformado en una serie de obras e instalaciones que atacan y cuestionan los conceptos de libertad, justicia e igualdad que exporta Washington.
La muestra empieza con una visión apocalíptica, una doble parodia de la iconografía estadounidense: por un lado, un gigantesco retrato, estilo realismo socialista, del ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, la vista puesta en el horizonte, el rostro expectante, los pómulos rosados. Por otro, la desacralización absoluta de los grandes héroes del cómic, reducidos a maniquíes arrugados, víctimas de la edad y la decrepitud: la mujer gato duerme delante de la tele, Superman anda con bastón y Wonderwoman tiene varices.
En Libertas, Dei Te Servent, el chino Zhou Tiehai ha caricaturizado la mitificación que rodeó la figura de Giuliani, un alcalde que creó un comité de decencia contra el arte, tras los atentados del 11-S. Frente a la figura de este nuevo gran timonel, la composición del francés Gilles Barbier ataca uno de los pilares intocables de la cultura estadounidense: el superhéroe.
Arquetipo y símbolo
En El efecto americano, artistas de 30 países no sólo hablan del impacto directo de la política estadounidense, en el medioambiente, asuntos exteriores, acuerdos comerciales, cultura o conflictos, también sopesan los efectos psicológicos de una monocultura. El país se convierte en un arquetipo, un símbolo de ambiciones personales, deseos y miedos. Estados Unidos fascina y repele, ayuda y traiciona.
"La exposición coincide con una cierta toma de conciencia: América se está dando cuenta cada vez más de cómo es percibida en el extranjero", comentó el director del Whitney, Maxwell Anderson: "Aquí vemos cómo artistas esencialmente no americanos imaginan y perciben nuestra presencia en el mundo".
Para algunos, Estados Unidos sigue simbolizando el sueño, la segunda oportunidad. La japonesa Miwa Yanagi pinta la imagen futurista de una mujer joven en una carrera de motos sobre el puente Golden Gate, en San Francisco. Otros, sin embargo, tienen una imagen más oscura. La fotógrafa china Danwen Xing consigue encontrar belleza y simetría en las montañas de desechos informáticos que rodean Pekín y que dan vida a un lucrativo, aunque peligroso, negocio casero de reciclaje para miles de personas.
En sus figurinas del presidente George W. Bush y del paquistaní Pervez Musharraf, la también paquistaní Saria Wasim ilustra las relaciones paternalistas de Washington hacia sus aliados. El senegalés Ousmane Sow, en una serie de dramáticas esculturas, ha elegido la derrota del general Custer en Little Big Horn para mostrar la política contra los indígenas, un episodio histórico de efectos globales.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.