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Reportaje:

Greenpeace se descuelga de L'Umbracle

La inmovilización del 'Rainbow Warrior' en Valencia obliga a suspender la campaña de verano contra la tala de madera protegida

Seis activistas de Greenpeace coronaron ayer L'Umbracle de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en Valencia, y desplegaron una pancarta en la que se leía: "Salvar los bosques primarios". Vestidos de rojo, con arnés, cuerdas y cascos, y con el viento en contra -lo que dificultó severamente el despliegue de la pancarta e impidió la instalación de una segunda-, minutos antes de las 10.00 alcanzaron la altura máxima de un arco del ingenio de Calatrava para pedir: "Libertad para el Rainbow Warrior". El buque de Greenpeace cumplió ayer su 18 día de arresto en el puerto de Valencia desde que en la madrugada del 16 de junio abortó la entrada del carguero Honour, del que sospechó que llevaba madera de talas ilegales en África. La organización, después de que sus activistas abordaran el barco y fueran detenidos, aseguró que parte del cargamento era de empresas implicadas en talas ilegales, pero no pudo demostrar que fuera el caso de la madera del Honour. La fianza que el Ministerio de Fomento impuso a los ecologistas para mover el barco tras la protesta asciende a 300.500 euros, la sanción máxima posible en el expediente que ha abierto a Greenpeace. Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de bosques, dijo ayer: "No la vamos a pagar". Y el director ejecutivo de Greenpeace España, Juan López de Uralde, agregó: "Si creen que deteniendo al Rainbow Warrior van a pararnos, están equivocados. Greenpeace es mucho más que un barco, y no van a poder acallar la voluntad de millones de personas de todo el mundo que seguirán luchando por la defensa del medio ambiente".

La paralización del Rainbow Warrior ha supuesto la suspensión de la ruta No más madera ilegal. El buque debía haber llegado hace días a Italia, para partir después hacia el Canal de Suez, alcanzar Filipinas y recorrer el Pacífico con objeto de denunciar a las empresas que comercializan maderas protegidas, así como la práctica de vertidos tóxicos en alta mar. Aunque otros dos barcos están recorriendo distintas zonas del planeta, uno de los programas más importantes de Greenpeace está en suspenso.

La acción de ayer sirvió para denunciar, como hizo Soto, que "Valencia es un sumidero. Por aquí entra madera ilegal y la industria del mueble trabaja con ella". Els Verds anunció la presentación de una proposición no de ley para que la Generalitat sólo permita la compra de madera sostenible.

Activistas de Greenpeace, ayer, en el momento de descolgarse desde lo alto de L'Umbracle para colocar la pancarta contra la madera ilegal.
Activistas de Greenpeace, ayer, en el momento de descolgarse desde lo alto de L'Umbracle para colocar la pancarta contra la madera ilegal.JOSÉ JORDÁN

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