_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Las nuevas revelaciones sobre George Orwell

Gracias a los últimos archivos desclasificados por el Ministerio de la Verdad, hemos descubierto que George Orwell no delató a 38 criptocomunistas británicos por un puñado de dólares, sino por amor, lo que parece una razón de mucho más peso.

Sin embargo, y como era de esperar, en estas nuevas, poco sorprendentes y hasta aburridas revelaciones, hay muy poco de novedoso.

Como traductor y editor de la versión en castellano del folleto George Orwell ante sus calumniadores, me veo en la obligación de responder a este apéndice de una sarta de calumnias a la que no parece querer responder nadie; ni siquiera cuando muchos han tenido la oportunidad de hacerlo con motivo del centenario.

La prensa española en su conjunto no tuvo problemas para sentenciar ya al escritor británico cuando se destapó el escándalo hace ya casi siete años: el mismo diario que publica esta vez el "hallazgo" de Timothy Garton Ash, The Guardian, nos hizo saber entonces todo lo necesario para conocer al otro Orwell: un soplón que escribía novelas que denunciaban, hipócritamente, al Gran Hermano. No obstante, la revelación no era tal. La verdad era, sencillamente, ésta: convaleciente en un hospital para tuberculosos, Orwell recibió la visita de Celia Kirwan, funcionaria del Foreign Office británico. Kirwan le pidió su apoyo para una campaña de contrapropaganda ideada para combatir al estalinismo y quiso conocer si Orwell sabía de otras personas que podrían sumarse a dicha campaña. En una carta que envió a su amiga, Orwell mostró su adhesión a la idea y sugirió al mismo tiempo varios nombres de personas que, en su opinión, estarían dispuestas a hacer lo mismo (Franz Borkenau, por ejemplo). De paso, también le propuso a Kirwan una lista que había confeccionado a lo largo de los años con los nombres de intelectuales británicos "con los que no se podía contar para una propaganda semejante". A esa lista (conocida desde hace más de veinte años, cuando se publicó la biografía del autor de 1984 escrita por Bernard Crick) pertenecen las 38 personas que Orwell presuntamente delató. ¿Pero dónde está esa delación, y en qué consiste? Eso nadie lo sabe, pero da igual; los muertos no pueden defenderse y, en esta época en que todos son antiestalinistas (y uno no puede dejar de preguntarse si realmente hubo estalinistas o franquistas alguna vez), arrebatarles los méritos a los que de verdad lo fueron cuando suponía un gran sacrificio parece haberse convertido en una fuente de placer morboso.

George Orwell supo ver, hace más de medio siglo, que la versión fabricada por los estalinistas y la izquierda en general acerca de la Guerra Civil española (a saber, que se trataba de una contienda entre una República legítima y un vulgar golpe de Estado, sin ningún atisbo de revolución social) era la que terminaría por imponerse en el futuro. Orwell tuvo razón también en eso; quizá por ello hoy algunos prefieren verlo convertido en un chivato.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_