"Queremos una economía de mercado con sentido social"

Daniel Scioli es uno de los símbolos de la renovación política que hoy disfruta Argentina, tras dos décadas de liderazgos más cercanos al caudillismo que al diálogo democrático. El vicepresidente argentino, de 46 años, fue un motonauta exitoso y ganó varios títulos mundiales, hasta que perdió un brazo en un accidente y decidió ingresar en la política. Fue diputado, secretario de Turismo y ahora disfruta, desde la vicepresidencia, de las mieles del llamado efecto

K, como los argentinos han bautizado a la vigorosa gestión del presidente Néstor Kirchner. Scioli visitó España, en medio de una gira diseñada para "recrear el clima de confianza hacia Argentina", y desgranó sus opiniones sobre el presente y el futuro inmediato de su país.

Pregunta. ¿Qué desafíos afronta junto a Kirchner?

Respuesta. Tenemos que modernizar el país, abrir más mercados, producir y generar inversiones para crear puestos de trabajo. El Gobierno de Duhalde transcurrió en medio de la emergencia y logró que Argentina se mantenga a flote. Ahora llegó el momento de comenzar a avanzar, de crecer.

P. ¿Su Gobierno será el de la transición?

R. No, ésta es una nueva etapa, más allá de la transición. Éste es un Gobierno de consolidación, porque en Argentina ya hay consensos políticos y crecimiento económico.

P. ¿Cree que la dimisión del cuestionado titular del Supremo es un éxito de Kirchner?

R. Mire, no quiero hacer de esto un drama, fue una decisión del titular de otro poder del Estado que no voy a discutir. Aquí lo importante es que se pueda elegir con transparencia a quien ocupe su sitio.

P. ¿Se ha logrado cierta estabilidad política?

R. La política ya está ordenada, Argentina ha salido adelante en el marco de la Constitución, dentro de las reglas de juego. Lejos de lo que suponían algunos, que decían que con un 20% de los votos no iba a haber un consenso posible, este Gobierno tiene más del 75% de respaldo popular.

P. ¿Cómo vive usted el llamado efecto

K?

R. Se percibe cuando uno camina por la calle, cuando va por las provincias y recibe afecto. La gente ha recuperado la fe y la confianza, y esto uno lo percibe en la vida cotidiana... Por eso creo que con Kirchner ahora tenemos una gran responsabilidad, que es dar respuestas a esa expectativa, sobre todo después de los momentos tan tristes que hemos pasado.

P. ¿Se produjo la esperada renovación política?

R. Sí, se produjo, y esto explica la madurez que la población tuvo para generar una nueva etapa política. Por eso nos apoyaron a Kirchner y a mí, que fuimos la fórmula más joven, con 99 años de edad entre los dos. También Duhalde tuvo mucho mérito, porque abrió el peronismo a nuevas expresiones y apoyó esta renovación.

P. ¿La negociación de un nuevo acuerdo con el FMI será tan dura como la del anterior?

R. No creo, porque encontré al director del Fondo, Horst Köhler, mucho más comprensivo. En la cena que compartimos con el presidente Kirchner, Köhler reconoció que habían errado algunos pronósticos. En la negociación es mejor ponerse duro de entrada para después poder cumplir. Argentina firmó 12 acuerdos anteriores y no los cumplió.

P. ¿Cómo quedó la relación con los empresarios, después de que varios de ellos apoyaran públicamente a otros candidatos?

R. Bien... Mire, nosotros no tenemos vocación de estatismo, pero queremos una economía de mercado con sentido de desarrollo social. Necesitamos que los empresarios generen más empleo, no queremos que ocurra lo que pasaba antes: el que vendía una empresa estaba feliz, y el que la compraba y apostaba a la producción, terminaba amargado.

P. Hay empresarios españoles que piden mayor seguridad jurídica...

R. Los respeto y los comprendo, porque con las cosas que han ocurrido en Argentina es lógico que haya preocupaciones. Hay más de 80.000 millones de dólares de empresas españolas invertidos en Argentina, por lo que tenemos la responsabilidad de dar señales muy claras de nuestra voluntad de seguir desarrollando esas inversiones en mi país.