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Israel devuelve a la Autoridad Palestina el control de la gran arteria de Gaza

Las tropas israelíes inician mañana en Belén el repliegue general de Cisjordania

La autovía de Gaza, Salahadin para los palestinos, Tancher Route para los israelíes, columna vertebral de las comunicaciones de esa franja, está desde ayer bajo control de las fuerzas de seguridad de Yasir Arafat. El traspaso del dominio de esta carretera estratégica de 45 kilómetros se hizo efectivo con un sencillo apretón de manos entre un oficial del Ejército israelí y otro de la policía de palestina. Con esta cesión, más de un millón de palestinos recuperan, después de casi tres años, la libertad total de movimientos en la franja de Gaza. Mañana, el Ejército se retira de Belén para iniciar su repliegue de Cisjordania.

Se retiraron medio millar de soldados, medio centenar de tanques y decenas de excavadoras
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La carretera de Salahadin, que discurre paralela al mar Mediterráneo y que en muchos tramos sigue el mismo trayecto de la antigua vía ferroviaria que unía El Cairo con Beirut, ha dejado de ser desde de ayer de dominio exclusivo de los 8.000 colonos judíos que viven en los 18 asentamientos de la región. Los palestinos pueden volver a utilizarla sin verse acosados por los disparos de los israelíes, sin necesidad de efectuar complicados rodeos o de perder la paciencia en los tres controles militares. La cinta de asfalto ha quedado expedita, después de que cerca de medio centenar de carros de combate, medio millar de soldados y decenas de excavadoras y blindados se retiraran de la zona.

El repliegue de las tropas israelíes se llevó a término en un tiempo récord, apenas una decena de horas, al mismo tiempo que los contingentes de tropas abandonaban Beit Hanun, al norte de la banda de Gaza, donde han estado apostados durante dos meses para tratar de impedir el lanzamiento de misiles artesanales sobre los israelíes de Sderot. Aquí también la retirada de las tropas ha supuesto la libertad para más de 120.000 vecinos, que durante casi 60 días han vivido bajo toque de queda. Los esqueletos de 45 casas en ruinas recordarán para siempre el paso de las tropas israelíes.

La bandera de Palestina

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Un taxi, pintado de amarillo, bastante desvencijado, a bordo del cual viajaban siete pasajeros -tres delante y el resto detrás- fue el primer vehículo en circular por la vía de Salahadin, al tiempo que un grupo de muchachos hincaban en lo alto de una duna de arena cercana la bandera roja, negra y blanca de Palestina. El conductor, como si tratara de recuperar el tiempo perdido, aceleró el coche y no paró hasta que llegó a la otra punta de la franja de Gaza: el campo de refugiados de Jan Yunes. Menos de veinte minutos para un trayecto que antes suponía toda una mañana. Así quedó ayer oficialmente reabierta una de las carreteras más ensangrentadas de esta segunda Intifada.

El repliegue israelí de la franja de Gaza se completó con la reapertura de la terminal de Rafá, el punto fronterizo que une Egipto con los territorios palestinos, y que de manera intermitente ha sido cerrado por los israelíes. El puesto de control de vehículos y mercancías ha pasado también a manos de las fuerzas de seguridad palestinas. Ahora todas las miradas están pendientes de la reconstrucción del aeropuerto internacional de Gaza, el único de los territorios palestinos, que fue sistemáticamente destruido por las excavadoras israelíes.

Mañana está previsto que continué el repliegue de las tropas israelíes de los territorios palestinos ocupados tras el estallido de la Intifada. Las tropas están ya preparadas para salir de Belén, a pocos kilómetros de Jerusalén, poniendo punto final a un asedio que ha durado tres nochebuenas. La ciudad del Nacimiento se ha convertido en la cabeza de puente de un repliegue que deberá continuar después por el resto de las localidades de Cisjordania.

La Autoridad Nacional Palestina calcula que en seis semanas las zonas autónomas quedarán liberadas. Se habrá dado así un paso más en el cumplimiento de la Hoja de Ruta, que debe conducir hacia la paz y la proclamación del Estado de Palestina. Esta fase del repliegue será analizada hoy, martes, en una reunión cumbre de los primeros ministros Abu Mazen y Ariel Sharon.

El repliegue de las tropas israelíes discurre por un territorio frágil. La retirada del Ejército está vinculada al cese el fuego de las milicias palestinas, al que se han sumado hasta el momento cinco organizaciones radicales: Hamás, Yihad Islámica, Frente Democrático para la Liberación de Palestina, Al Fatah y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, que a su vez reclaman a Israel el fin de las agresiones, la liberación de Yasir Arafat, la libertad de los presos políticos y, en conclusión, la recuperación de su dignidad como pueblo. Aunque difícil, el proceso parece, sin embargo, imparable. Ni siquiera lo detuvo el asesinato, ayer, de un trabajador búlgaro, que fue tiroteado por un miliciano descontrolado las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa.

Por otra parte, el diplomático Carlos Alonso Zaldívar, que fue número dos de la Embajada de España en Israel (1998-2001), expresó ayer con nitidez su absoluta desconfianza en la Hoja de Ruta. "A mi forma de ver, no tiene ningún futuro", afirmó rotundo tras reconocer que su postura va contracorriente en estos días en que esta nueva iniciativa "está en alza". En su opinión , "todo esto no es más que un procedimiento, no entra en la sustancia". La "sustancia", explicó, son "el territorio, Jerusalén y los refugiados".

Zaldívar, destinado actualmente en la Embajada española en Roma, se refirió al conflicto entre israelíes y palestinos en la conferencia inaugural del primer curso de verano sobre Periodismo Internacional organizado por la Escuela de Periodismo UAM / EL PAÍS y la Fundación BBVA, que se celebra hasta el sábado en Alameda del Valle (Madrid), informa Naiara Galarraga.

Zaldívar se mostró convencido de que el actual primer ministro israelí, Ariel Sharon, no cederá territorio; de que la cuestión de Jerusalén se resolverá por imposición externa, puesto que es una cuestión identitaria en la que ambas partes jamás se pondrán de acuerdo, y abogó por buscar "soluciones imaginativas" al futuro de los dos millones de refugiados palestinos. A su juicio, sólo habrá un clima propicio para la paz cuando exista una generación de palestinos e israelíes que no esté marcada por el conflicto.

En su intervención, el diplomático recalcó que si algo caracteriza a las relaciones internacionales en la actualidad es la ausencia de "paradigmas", la inexistencia de "una visión comúnmente aceptada sobre cómo discurre el mundo". Por eso, Zaldívar planteó cuestiones, desgranó claves, pero no dio respuestas concretas. Entre otros asuntos, se preguntó "si EE UU se empantanará" en Irak. Porque, añadió, "es muy fácil hacer la guerra, pero gobernar a 20 millones de habitantes es muy difícil y además es muy caro". Queda por saber, añadió, "quién pagará la guerra" y qué costo político, económico y social está Washington dispuesto a asumir. "El poder militar de EE UU es enorme, pero no omnipotente", sentenció.

Para Zaldívar, Europa debe tener una "política propia que mire a Rusia y al Mediterráneo"; en el caso de Oriente Próximo, consideró que la UE no debe permitirse imitar la política estadounidense, que se basa "en el miedo".

Un policía palestino iza una bandera en un puesto de Gaza.
Un policía palestino iza una bandera en un puesto de Gaza.REUTERS

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