Masivo seguimiento de la huelga de los médicos residentes de Bellvitge para denunciar agresiones
Los 300 médicos residentes del hospital de Bellvitge secundaron ayer masivamente la huelga convocada para denunciar las agresiones que, aseguran, sufren por parte de algunos pacientes y familiares de éstos, sobre todo en el servicio de urgencias como consecuencia de los elevados tiempos de espera. Los residentes critican la falta de recursos y de personal, y exigen que se tomen medidas de seguridad y de mejora en la gestión del servicio para finalizar con las agresiones, además de solicitar representación sindical. El seguimiento de la huelga fue del 95%, según los portavoces del colectivo de residentes. La dirección de personal del centro lo cifró en el 74,6%.
Los médicos en etapa de formación denuncian que el servicio de urgencias ha alcanzado un clima de crispación que llega a traducirse en insultos, amenazas y hasta agresiones físicas. La más grave de éstas se produjo hace un mes, cuando un paciente golpeó a un médico en un ojo.
"Entendemos la crispación, pero nunca la violencia o amenazar, por ejemplo, con que irán a por una escopeta. Los pacientes soportan muchas horas de espera y somos los residentes quienes paramos los golpes", explicó ayer uno de los portavoces del comité de huelga, Pau López-Osornio, quien asegura que el 90% de los médicos que trabajan en urgencias son residentes.
López-Osornio considera que "falta personal en todos los ámbitos y también mejorar la coordinación". "No puede ser que un paciente espere 20 minutos para que le recoja un celador, otros 20 para que le desvistan, lo mismo para que le tomen las constantes, etcétera, de modo que cuando le atiende un médico han pasado horas y tanto él como su familia están de los nervios", señala.
En opinión de otro de los portavoces de los residentes, Santiago López, además de incrementar los recursos y el personal de urgencias es necesario afrontar "otros problemas de base, como la falta de educación sanitaria de los ciudadanos, que les lleva a acudir a urgencias con dolencias que se pueden solucionar en los centros de atención primaria y no hacen más que recargar un servicio tradicionalmente caliente".Otro problema que afronta el hospital de Bellvitge es la falta de seguridad y el inexistente control de acceso de visitantes, que -según explican los residentes, algunos profesionales e incluso los familiares de enfermos- deriva en frecuentes robos en las dependencias del centro, desde las habitaciones hasta los despachos. Ayer mismo, por la mañana, desapareció una impresora de la zona de traumatología, explicó uno de los residentes en huelga durante la concentración que efectuaron por la mañana en las puertas del centro portando pancartas con el lema Basta de agresiones.
"Hay más control en un hotel que aquí. El término sanidad pública no implica que la gente pueda entrar como Pedro por su casa", lamentaba ayer Pau López-Osornio. El mismo residente explicó que hace unas semanas alguien entró a robar en la sala donde descansan los médicos que están de guardia, mientras algunos de ellos dormían. O que no hace mucho le robaron el maletín y que el ladrón lo utilizó para esconder el aparato reproductor de vídeo que también se llevó.
"No es normal llegar a un hospital a visitar a un familiar ingresado y que lo primero que te digan las enfermeras de la planta es que no te separes del bolso bajo ningún concepto", exclamaba ayer la mujer de un paciente recién operado. La misma mujer, que no quiso dar su nombre, apuntaba como una de las posibles causas de los robos la proximidad del hospital con el barrio de Can Tunis, supermercado de la droga de Barcelona y frecuentado por toxicómanos.
Auditoría
El hospital sufrió el incidente más grave en diciembre pasado, cuando una médico residente fue víctima de una agresión sexual en los vestuarios del centro. Entonces, el Instituto Catalán de la Salud, propietario de las instalaciones, estableció un sistema de acceso con tarjeta a los vestuarios. Pero tampoco ha sido suficiente, puesto que se han producido robos en estos vestuarios a pesar de las medidas de seguridad.
El próximo día 16 se presentarán los resultados de una auditoría de seguridad encargada a raíz de la violación de la interna y la dirección médica tiene previsto reunirse con el colectivo de residentes el día 22 para analizar las posibles medidas que tomar.
El director de Personal del hospital, Xavier Saballs, explicó ayer que se ha reforzado el personal de seguridad en urgencias y en la planta sótano del centro, pero manifestó que "no es fácil restringir el acceso" a un establecimiento por el que pasan diariamente 10.000 personas, entre visitantes, pacientes de consultas externas y de urgencias. Saballs aseguró que el problema de los robos existe también en otros centros y que las agresiones "son aisladas". El director de personal negó que éstas sean el único motivo de la huelga de ayer y apuntó que detrás de la protesta figura la voluntad de los residentes de conseguir representación sindical. "Si el problema fueran las agresiones, estaría toda la plantilla en huelga", esgrimió.
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