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Berlusconi promete que Italia será estable mientras presida la UE

El primer ministro minimiza los enfrentamientos en su coalición

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, aprovechó ayer una comparecencia en el Senado, dedicada a ilustrar el programa del semestre de presidencia italiana de la UE, para tranquilizar a sus socios y restar gravedad a los enfrentamientos en su coalición. "Ofreceremos estabilidad política, una acción de gobierno decidida y una sólida política exterior", dijo Il Cavaliere a los italianos y al resto de europeos.

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En su intervención parlamentaria, Berlusconi minimizó también el incidente registrado el miércoles en la Cámara de Diputados entre el portavoz de la Liga Norte, Alessandro Cé, y el ministro del Interior, Giuseppe Pisanu, a cuento de la espinosa cuestión de la inmigración ilegal. Conviene distinguir entre "teatro y realidad", vino a decir el jefe del Ejecutivo, refiriéndose a los gritos de Cé, que llegó a pedir a Pisanu que cambiara de empleo. "Entre nosotros no corre sangre, no hay veneno. Este Gobierno no cometerá los errores del Gobierno del Olivo. Hay vivacidad interna, pero no se producirá ninguna batalla entre dirigentes. Ofreceremos estabilidad y llevaremos a cabo las reformas previstas", añadió.

La llegada masiva de inmigrantes sin papeles a Italia a lo largo de este mes de junio (casi 5.000 personas) ha provocado fuertes tensiones en el Ejecutivo entre la Liga Norte, descontenta con la aplicación de la ley Bossi-Fini, que tendría que servir para frenar este flujo, y el ministro del Interior, Giuseppe Pisanu. A Pisanu, que considera a los inmigrantes como "un recurso del país", le han defendido los centristas de la coalición e incluso los representantes de Alianza Nacional.

Pero la polémica no parece cerrada. Bossi respondió al llamamiento del primer ministro y declaró que los "inmigrantes no sirven para nada". Centristas y liguistas reclamaban una intervención de Berlusconi sobre el tema. El primer ministro lo hizo ayer, aunque dejando a casi todos descontentos por su resistencia a entrar a fondo. Il Cavaliere se mostró optimista y aseguró que cuenta con todas las fuerzas de la coalición.

En cuanto al semestre de presidencia italiana, Berlusconi reiteró su esperanza de poder abrir en octubre la Conferencia Intergubernamental y de que, caso de terminar este año los trabajos de la misma, pueda ser firmado en la capital italiana, donde nació Europa hace 50 años, "el nuevo Tratado de Roma". A sus socios, el jefe del Ejecutivo reclamó "un esfuerzo extraordinario de cohesión visible", mientras a la oposición se limitó a pedirle "no una tregua", sino la capacidad "de valorar las actuaciones más comprometidas del Gobierno sin prejuicios".

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Según Berlusconi, la presidencia italiana centrará sus esfuerzos en "la recuperación de la economía europea". Para ello trabajará en tres grandes frentes: la política de desarrollo de las grandes redes de infraestructura; la profundización en la sostenibilidad de los sistemas de pensiones de los países de la UE y, eventualmente, las reformas europeas comunes; y la modernización del mercado de trabajo.

Silvio Berlusconi sonríe al lado del viceprimer ministro Gianfranco Fini, antes de su discurso ayer en el Senado.
Silvio Berlusconi sonríe al lado del viceprimer ministro Gianfranco Fini, antes de su discurso ayer en el Senado.AFP

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