Denuncia en tiempos difíciles
En el cine español de 1955 primaban las películas folclóricas y religiosas, seguían aleteando ciertas crónicas triunfalistas sobre la Guerra Civil y, como novedad, comenzaban a surgir en las pantallas canoros niños prodigio y otros no canoros, como Marcelino, pan y vino. Más preocupado por el cine político, Juan Antonio Bardem abordó en Muerte de un ciclista una parábola sobre la realidad española del momento.