Blair propone centros de acogida para emigrantes fuera de la UE

La espinosa propuesta del Reino Unido para establecer fuera de la UE centros especiales de acogida para refugiados en el norte de África y en los países del Este será uno de los platos fuertes que se abordarán en Salónica. Los Quince insistirán en la necesidad de que la UE se dote de una política común para combatir la inmigración ilegal y en la que se refuerce la cooperación con los países terceros.

La política de inmigración de la UE se sustenta en la actualidad sobre dos pilares: uno represivo, con el que se pretende combatir con dureza la entrada ilegal de ciudadanos de países terceros en territorio comunitario y luchar contra las mafias que trafican con seres humanos, y otro permisivo, orientado a facilitar la entrada legal de inmigrantes y su integración. Los progresos hechos por los Quince durante el último año desde la celebración de la cumbre de Sevilla están siendo muy limitados.

El fracaso se puede calificar de rotundo en los proyectos para la gestión de las fronteras exteriores que pretendían ser el germen de una futura policía común de aduanas. Prácticamente ninguno de los proyectos logró los objetivos. El ejemplo más claro es el programa Ulysses, que tenía como misión reforzar el control de las fronteras marítimas en el Mediterráneo y en el que participó España como abanderada junto a Italia, Francia, Reino Unido y Portugal.

El análisis presentado en el último Consejo de Justicia e Interior es demoledor: falta de planificación adecuada y de preparación, carencias de coordinación, falta de análisis, escasa base legal y anomalías en el cumplimiento de las obligaciones previstas. Lo mismo vale para los programas RIO III, para el control de las fronteras terrestres, o el ORCA, para el control en las carreteras. El Consejo Europeo tomará nota de los resultados y subrayará la importancia de garantizar la continuidad futura y la coherencia de la acción comunitaria en este ámbito.

Pero para ello la UE deberá fijar "un marco y unos métodos más estructurados" para lograr una gestión más eficaz e integrada de sus fronteras exteriores. El establecimiento de un sistema de asilo integrado y de visados será clave en este objetivo global por ordenar y controlar los flujos migratorios, porque permitirá identificar con mayor eficacia y rapidez a las personas que llaman a las puertas de la UE.

El Reino Unido aprovechará el debate para plantear su espinosa idea de establecer fuera del territorio comunitario unos centros especiales de acogida donde permanecerán los refugiados mientras se tramitan sus solicitudes de asilo. Austria y Dinamarca apoyan este proyecto piloto porque consideran que permitirá crear, junto con el ACNUR (Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados), unas zonas especiales de protección para los refugiados en el norte de África y otras regiones del Este. Por el contrario, Suecia y Alemania dicen que la idea británica se asimila mucho a los "campos de concentración".