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LA TRANSICIÓN EN IRAK

EE UU creará un tribunal para juzgar a los hombres de Sadam

Un francotirador mata a un soldado estadounidense en Bagdad

El diplomático estadounidense Paul Bremer, máxima autoridad de las fuerzas de ocupación en Irak, anunció ayer la próxima reforma del sistema judicial iraquí y la creación de un tribunal penal para juzgar "cuanto antes los delitos más graves" y, en particular, los cometidos por los dirigentes del partido Baaz de Sadam Husein. Bremer negó que las operaciones militares lanzadas en los últimos días contra los seguidores del ex presidente iraquí, que han desatado la cólera de la población, estén retrasando la reconstrucción del país. "Avanza cada día. Tenemos más de mil programas que llevar a cabo en todo Irak. No estamos en guerra con el pueblo iraquí, sino contra aquellos grupos que atentan contra la seguridad", afirmó.

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Pero la paz no acaba de llegar. Un francotirador mató ayer a un soldado norteamericano en un barrio del norte de Bagdad.

Bremer dijo que la reforma de la judicatura iraquí llevará tiempo, pero que el futuro tribunal penal entrará en vigor "lo antes posible y tendrá credibilidad y visibilidad". Y afirmó: "Una de las principales razones para establecerlo es que así podremos juzgar a los altos cargos baazistas que pueden haber cometido crímenes contra la coalición y que están tratando de desestabilizar la situación". Bremer no fue muy preciso sobre el nuevo tribunal, aunque apuntó algunos detalles: "Lo más urgente será la selección de jueces y operará con los códigos penales iraquíes de 1969 y 1971". Las palabras y planes del nuevo virrey de Irak llegan, sin embargo, en un momento en el que crecen la inquietud y la tensión en numerosos puntos del país. La Operación Escorpión del Desierto continuó ayer con nuevas detenciones y más requisamiento de armas y explosivos, pero también lo hicieron los ataques contra las tropas norteamericanas.

Un soldado de la Primera División Acorazada murió al mediodía de un balazo en la espalda mientras se encontraba sentado en un vehículo militar en un barrio del noroeste de Bagdad. Su muerte eleva a 41 el número de soldados de EE UU caídos desde el 1 de mayo víctimas de ataques lanzados por leales a Sadam. El francotirador pudo escapar pese al dispositivo de seguridad desplegado por las tropas norteamericanas en la capital iraquí. Este atentado y dos misteriosas explosiones ocurridas el día anterior -una al estallar una mina en un túnel con el resultado de dos heridos leves y otra al volar por los aires un Volkswagen Passat con sus dos ocupantes dentro- sembraron la inquietud entre los ciudadanos, que temen que la táctica guerrillera haya cruzado la línea del terrorismo urbano.

Ofensiva sin límite de tiempo

Pese a todo, las autoridades norteamericanas seguían ayer convencidas del éxito de su misión. En dos incursiones llevadas a cabo el lunes en Tikrit y Kirkuk, ciudades del norte del país, fueron detenidas 371 personas, entre ellas, según anunció Bremer sin dar nombres, "un antiguo jefe de la Mujabarat (la policía política de Sadam) y un general". Los portavoces militares aseguraron que esta ofensiva no tiene límite de tiempo y que están usando una fuerza razonable, si bien admitieron su intención de investigar los casos de saqueo cometidos por las tropas cuando registran casas. Un hecho que denuncian reiteradamente los iraquíes, cada vez más hartos de la distancia existente entre las esperanzas de la Operación Libertad para Irak y la realidad de la de Escorpión del Desierto.

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