EE UU blinda el mercado de los alimentos con reglas antiterroristas
España exporta al mercado estadounidense por valor de 735.000 millones de dólares
La Operación Blindaje de la Libertad incluye el mercado de todos los alimentos que se consumen en EE UU. El secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Tom Ridge, metió esa prioridad entre sus planes de alerta interna ante una posible amenaza antiterrorista. La Administración de Comidas y Medicinas (FDA) ha elaborado una nueva proposición, con exigencia de más reglas y burocracia, para agregar a la ya dura Acta Bioterrorista aprobada en 2001 tras los ataques contra Nueva York y Washington. Las empresas y patronales del sector, en EE UU, en otros países y también en España, se han rebelado, porque creen que sólo servirán para encarecer el producto y reducir el negocio.
Desde 1999, España exporta más (735.110 millones de pesetas frente a 681.312 ese ejercicio) que importa de EE UU. La Oficina Comercial de España en EE UU, que dirige Manuel Moreno, ha alertado ya del problema que se les viene encima a las patronales y empresas españolas del sector de la alimentación.
La nueva norma exige a todos los exportadores disponer de un agente estable en este país que se pueda hacer responsable luego, económica y penalmente, de cualquier problema.
Esta primera obligación no es un inconveniente mayor para las grandes compañías exportadoras, que normalmente disponen ya incluso de empresas establecidas o filiales en EE UU. Pero la mayoría de las pequeñas firmas, que trabajan por temporadas o sobre pedidos ocasionales, no se pueden permitir esos alardes.
La FDA exige, además, más registros y especialmente detallados. Cada empresa productora, que fabrique, manufacture o empaquete este tipo de productos debe inscribirse en un registro general, donde debe quedar constancia del domicilio permanente en EE UU de un agente. Y, por otro lado, cada vez que se ejecute un envío, debe volver a registrarse, pero con el detalle más preciso de la carga (qué tipo de lechuga o tomate), su procedencia, peso, precio, destino exacto y cualquier variación. Una información comprometida si llega a manos de clientes competidores.
La fecha tope para comunicar todo eso es justo un día antes de que el embarque arrive a cualquier puerto o frontera norteamericana. El margen de maniobra que se permite para una carga dinámica, que muchas veces padece contratiempos y renegociaciones en el camino, es mínimo.
Muchas empresas españolas, por ejemplo, exportan el mismo producto para varias cadenas norteamericanas de supermercados (mandarinas) o de pizzerías (aceitunas negras). Y estaban acostumbradas a variar las condiciones, el proveedor o destinatario sobre la marcha. Si el agente aduanero observa algo sospechoso o erróneo, pueda detener el pedido incluso en alta mar.
Los países más afectados por este blindaje serán México y Cánada, que exportan anualmente alimentos por valor de 13.600 millones dólares a EE UU. La FDA pretende tener bajo su control a más de 400.000 empresas e inspeccionar a la mayoría de los 77.427 importadores, que mueven 50.000 millones de dólares.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.