_
_
_
_
_
EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

Los árabes moderados apoyan el plan de paz

Los líderes de Egipto, Arabia Saudí, Bahrein y Jordania se comprometen a perseguir el terrorismo

Cuatro países árabes considerados moderados -Egipto, Arabia Saudí, Bahrein y Jordania- se comprometieron ayer formalmente en la localidad egipcia de Sharm el Sheij, a orillas del mar Rojo y ante el presidente norteamericano, George W. Bush, a combatir el terrorismo y apoyar la Hoja de Ruta como fórmula idónea para poner fin al conflicto entre israelíes y palestinos. El doble de los dirigentes árabes a Estados Unidos supone un gran triunfo diplomático para la nueva política de la Casa Blanca en Oriente Próximo tras la convulsión que ha representado para la zona y la comunidad internacional la operación militar norteamericana contra Irak.

Más información
Siria considera sesgado el nuevo proceso
El poder en la sombra de Arafat
Israel pone en libertad a casi un centenar de los 6.000 presos palestinos en su poder
Sharon y Abu Mazen ponen en marcha la Hoja de Ruta en presencia de George W. Bush

"Utilizaremos todo el poder de la ley para impedir el apoyo a las organizaciones ilegales, incluidos los grupos terroristas", aseguró ayer en voz alta y firme el presidente egipcio, Hosni Mubarak, al terminar la cumbre de los cuatro países árabes con el presidente Bush. A la reunión asistió también como invitado especial el nuevo primer ministro palestino, Mahmud Abbás, Abu Mazen, quien previamente había mantenido una entrevista con el líder norteamericano.

Mubarak, en nombre de los otros tres dignatarios -el rey Abdalá II de Jordania, el rey Hamad de Bahrein y el príncipe heredero de Arabia Saudí, Abdalá Bin Abdulaziz-, se comprometió también a respaldar la puesta en práctica del plan de pacificación israelo-palestino, la Hoja de Ruta, que prevé como primer paso el fin de la Intifada armada y la proclamación del Estado de Palestina para el año 2005.

Un Estado palestino

"Esta visión significa que al lado del Estado existente de Israel aparecerá un nuevo Estado para los palestinos", continuó Mubarak, mientras reflejaba fielmente con sus palabras el comunicado elaborado conjuntamente por los representantes árabes. El presidente egipcio, como si tratara de cerrar el círculo de compromisos, añadió su determinación a "apoyar a la Autoridad Nacional Palestina para consolidar su autoridad, cimentada sobre instituciones democráticas y responsables". Ni una sola vez en el acto se pronunció el nombre del presidente palestino, Yasir Arafat, ni se habló de los esfuerzos y trabajos de la Unión Europea en este proyecto.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El doble compromiso de los países árabes moderados con el amigo estadounidense fue aplaudido con entusiasmo por el propio presidente George Bush, ante un reducido auditorio, bajo un calor sofocante, mientras potentes equipos de refrigeración trataban en vano de hacer descender la temperatura de un jardín de césped, perfectamente segado, a orillas del mar Rojo.

"Si todas las partes cumplen sus obligaciones, podemos hacer un progreso continuo en el camino hacia el establecimiento de un Estado palestino, hacia un Estado de Israel en seguridad y hacia una paz global y justa. Tenemos necesidad de la paz verdadera, no simplemente de una tregua entre nuevas guerras y nuevas intifadas, sino de una reconciliación permanente de los pueblos de Oriente Próximo", aseguró el presidente Bush, mientras recogía los primeros triunfos diplomáticos entre la comunidad árabe.

A continuación, Bush, dirigiéndose al primer ministro palestino Abu Mazen, se comprometió personalmente a hacer todo lo necesario para que pueda proclamarse un día un Estado palestino si la dirección palestina, por su parte, se enzarza en la lucha contra el terrorismo. En este contexto, el presidente apeló a renglón seguido a Israel a llegar a un acuerdo con sus vecinos sobre un punto clave y difícil: el de los asentamientos.

"Yo soy de ese tipo de hombres que hacen lo que dicen. Y lo que yo digo es que el mundo tiene necesidad de tener un Estado palestino, libre y pacífico", subrayó Bush, mientras una y otra vez reclamaba la ayuda de "Dios todopoderoso", para llevar a término un proceso "largo y difícil" y que iba a suponer un desgaste importante de sus "energías".

El acuerdo histórico entre Estados Unidos y los países árabes moderados, no incluyó, sin embargo, una petición personal de Bush, que había solicitado a sus amigos el reconocimiento de Israel como Estado judío y el restablecimiento total de las relaciones diplomáticas y comerciales, que sirvieran de ejemplo a los demás miembros de la comunidad. Las discusiones sobre este punto duraron cerca de dos horas y, a pesar de la insistencia del presidente norteamericano, finalizaron con un fracaso que las dos partes trataron de silenciar.

Con estos compromisos en la mano, Bush se sentará hoy frente a frente ante el primer ministro israelí, Ariel Sharon, y el primer ministro palestino, Abu Mazen, a los que reclamará poner en marcha el programa de pacificación conocido como Hoja de Ruta. La reunión se llevará a término en la otra orilla del mar Rojo, en la zona jordana, en la ciudad de Áqaba, donde en las últimas horas han empezado a llegar millares de periodistas, ansiosos de poder asistir a la primera cumbre del siglo XXI sobre Oriente Próximo.

Bush y Abu Mazen caminan juntos durante la cumbre de Sharm el Sheij.
Bush y Abu Mazen caminan juntos durante la cumbre de Sharm el Sheij.AP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_