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DÍA MUNDIAL SIN TABACO

Una ruina para la salud y para Hacienda

El tabaco aporta 5.000 millones en impuestos, pero cuesta más tratar las enfermedades que causa

Hay muchos mitos sobre el tabaco. Uno de los más repetidos ayer, Día Mundial sin Tabaco, fue que el Estado gana tanto dinero que no le merece la pena luchar contra un hábito que, sólo en España, mata a 55.000 personas al año, según el Ministerio de Sanidad. Pero, carece de base. Es cierto que el Estado recauda mucho, 4.918,9 millones de euros en 2002, según la Agencia Tributaria. El 71,8% del precio de ventas de una cajetilla son impuestos. Pero es más cierto que el Estado gasta más para reparar los estragos que causan los cigarrillos, aunque ese dinero sea más difícil de calcular.

Ángel López Nicolás, del Centro de Investigación de Economía y Salud de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, hizo el cálculo para Sanidad en 2001 y lo ha actualizado para el Tratado de tabaquismo que publicará Aula Médica. La conclusión es que tratar a los fumadores que desarrollan Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, cáncer de pulmón, enfermedades coronarias, asma, enfermedades cerebrovasculares, o el tratamiento del bajo peso al nacer por el tabaco cuesta 3.918 millones al año, un 79,66% de lo recaudado en impuestos.

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López Nicolás explica que el cálculo procede sólo del tratamiento de seis enfermedades y que por eso es "una estimación a la baja del coste total". El tabaco está relacionado con 25 patologías. Entre ellas, cáncer de esófago, vejiga, boca, garganta, estómago, páncreas, leucemia, neumonía, ateroesclerosis y úlcera.

"Para algunas enfermedades resulta difícil establecer cuántos de los casos se deben al tabaco; tampoco incluimos las causadas por el humo ni los costes indirectos, como las bajas por enfermedad, mayores en los fumadores", explica López Nicolás. Y advierte: "Si se pudiera incluir todo, la factura se dispararía".

Y es que las cifras del tabaco son casi inabarcables. En España mueren 1.000 personas a la semana; en la Unión Europea, 500.000 al año. En el mundo, 4,9 millones al año; una persona cada ocho segundos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y cada día entre 80.000 y 100.000 adolescentes se enganchan al tabaco en el mundo, sobre todo en los países en desarrollo.

En los últimos tres años, la UE y la OMS han comenzado una cruzada para evitar que estas cifras aumenten. España, el país con más fumadores de la UE y con el tabaco más barato, se acaba de sumar a ella. La ministra de Sanidad, Ana Pastor, defendió el jueves el Plan de Prevención y Control del Tabaquismo elaborado por Sanidad. El texto afirma que "una reducción en el consumo de tabaco es la medida más importante de salud pública que los países pueden adoptar para beneficio de su salud y su economía".

En España fuma un 34,4% de los mayores de 16 años, según la Encuesta Nacional de Salud de 2001. Si entre los adultos fuman más los hombres, entre los jóvenes fuman más las mujeres. "Las mujeres nos hemos incorporado al mercado de trabajo, hemos adquirido responsabilidad, pero también hemos copiado el hábito del tabaco de los hombres", afirmó Pastor.

El tabaquismo femenino comenzó masivamente en los años 70, cuando las tabacaleras bajaron el precio del tabaco rubio y dirigieron las campañas de publicidad hacia las mujeres. La mortalidad por cáncer de pulmón en las mujeres se duplicó entre 1973 y 1992. Y ha seguido aumentando.

Las campañas de publicidad, en las que aparecían hombres junto a mujeres fumando en el trabajo, facilitaron el aumento. "Daban una sensación de igualdad, de modernidad", según ha documentado Esteve Fernández, Investigador del Instituto Catalán de Oncología y experto en tendencias del tabaco. Prohibir la publicidad es uno de los objetivos legislativos. Una directiva comunitaria prohíbe la publicidad del tabaco y el patrocinio a partir de 2005. Además, regula la publicidad en prensa, radio e Internet.

Como la industria es escurridiza y busca otros soportes publciitarios, la OMS plantea ya limitar la publicidad indirecta a través del cine. Según la OMS, un tercio de las películas para adolescentes y una quinta parte de las infantiles contienen escenas con tabaco. La agencia denuncia que el tabaco aparece más en la pantalla que en la vida real. Pastor dijo ayer que pretende "obtener el compromiso de la industria para que evite en lo posible promocionar un producto que perjudica seriamente a la salud y destierre la imagen de glamour con la que se ha relacionado el tabaco", informa Efe.

El portavoz del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), el cardiólogo Víctor López, señala que además de prohibir la publicidad y aumentar las campañas de educación, hay que insistir en que el Estado no hace negocio con el tabaco, aunque los fumadores perciban que pagan muchos impuestos. El problema es que, según López Nicolás, el Estado tiene la misma percepción: "Hacienda recauda, pero el gasto está disperso, así que no quiere que le retiren una inyección económica segura y creciente cada año".

El profesor de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid José Francisco Braña señala que, si se hacen cálculos económicos, hay que tener en cuenta lo que se ahorra el Estado en pensiones por las muertes prematuras de los fumadores. Braña, que hasta 2001 también trabajó en la tabacalera Philip Morris, coordinó en 1997 un libro que concluía que el Estado ganaba 19.000 pesetas al año con cada fumador. El estudio tenía en cuenta el ahorro en pensiones.

López Nicolás critica esa metodología: "Hay economistas que dicen que no es aceptable sumar las muertes como algo beneficioso, y además hay que tener en cuenta que cuando alguien muere no cobra pensión, pero tampoco paga impuestos, lo que alteraría ese cálculo". Braña admite que con un análisis puramente económico se podría concluir que ni las vacunas son rentables.

Otro de los aspectos que señala López Nicolás en su estudio es la repercusión del precio en el consumo de tabaco. Según el Banco Mundial, un aumento de precios del 10% reuce el consumo del 4%. López Nicolás señala que en España este efecto se ha notado poco por dos factores: porque las subidas de precio no han sido significativas (el tabaco, descontada la inflación cuesta ahora lo mismo que en los años setenta), y porque el tipo de impuesto permite que existan marcas baratas.

El Plan de Sanidad incluye un aumento del precio, pero es incierto que lo vaya a poder hacer. Hacienda se niega a subir los impuestos y Ana Pastor puso en duda el jueves, contra la opinión del Banco Mundial y la OMS, que el precio afecte al consumo.

Un joven fuma un cigarrillo, en una imagen de archivo tomada en Barcelona.
Un joven fuma un cigarrillo, en una imagen de archivo tomada en Barcelona.TEJEDERAS

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