Paz a cambio de tregua

Tal como confirmaba en la entrevista publicada ayer por el diario israelí Yediot Ajronot, Abu Mazen cree haber logrado una tregua con las organizaciones extremistas. Según sus propias declaraciones, ésta entraría en vigor la próxima semana, en el caso de que el primer ministro palestino sienta que su reunión con su homólogo israelí, Ariel Sharon, y la cumbre trilateral del 4 de junio le garanticen que la Hoja de Ruta va a ser aplicada sin modificaciones sustanciales. Además del anuncio formal de la tregua, hará que su viceministro de Interior, Mohamed Dajlán, presente un plan operativo para actuar policialmente contra aquellos que no respeten el alto el fuego. A cambio de pedir a sus ciudadanos una "calma total" y articular los medios necesarios para alcanzarla, Abu Mazen presentará una larga lista de peticiones ante Sharon, argumentando que la mejor forma de eclipsar a Yasir Arafat es mostrar a la calle que puede presentar resultados, algo que el presidente no consiguió. La primera de sus demandas será solicitar que el Gobierno israelí haga una declaración pública de aceptación del futuro Estado palestino, que trascienda el mero compromiso adquirido ya tras haber aprobado el plan de paz del Cuarteto.

Asimismo, pedirá a Israel que ponga fin a las incursiones de castigo y a los asesinatos selectivos, que ponga en libertad a un contingente importante de presos de la Intifada (entre ellos varios dirigentes políticos, como los diputados Maruán Barguti y Taisir Jaled) y que congele totalmente la expansión de las colonias y desmantele aquellos embriones de asentamiento creados a partir de marzo de 2001 (tal como especifica el articulado de la Hoja de Ruta).

También pondrá el énfasis en la necesidad de que se levante el asedio a los territorios autónomos, se suavicen los controles militares y se permita que un cupo de jornaleros vuelva a trabajar legalmente en Israel, para así recuperar la normalidad y reactivar la maltrecha economía.