Manuel Rivas asegura que el principal grito de protesta es exigir el porqué de las cosas
El escritor reflexiona sobre la actualidad en 84 artículos periodísticos en 'Mujer en el baño'
Mujer en el baño (Alfaguara), el nuevo libro de Manuel Rivas (A Coruña, 1957), denuncia las cosas que le preocupan, como la violencia doméstica, el hundimiento del Prestige, la situación de los inmigrantes, los falsos mitos de la juventud o el hecho de que los miembros del Parlamento de Kuwait votaran en 1999 contra el derecho al sufragio de las mujeres. "Escribir compromete siempre, pero los silencios comprometen todavía más", aclara el escritor, que define su nuevo trabajo como el libro de los porqués que "se cuestionan de forma oculta o visible en nuestro tiempo", y que resume en 84 artículos.
Manuel Rivas acaba de llegar de su tierra. Con la maleta a un lado y unas piedras de Santiago (almendras bañadas en chocolate) para ofrecer a los recién llegados, el escritor cuenta cómo llegó un momento en que dejó de escribir artículos en El País Semanal (EPS) para pararse a pensar dónde estamos y qué cosas son importantes. "Era el momento de poner el oído en el suelo, como hacían los indios en las películas, y escuchar lo que está pasando". El resultado son 84 artículos, recogidos en su mayor parte del semanal, pero también hay historias inéditas o textos publicados en otras revistas.
Mujer en el baño comienza con el diálogo de Rivas con el cuadro en el que Lichtenstein retrató a una madonna pop en 1963 y termina con El manifiesto del mar, emitido en el progama Hoy por hoy, de Iñaki Gabilondo, tres días después del hundimiento del Prestige. En el libro, Rivas escribe también de personajes como Michel Houellebecq, John Berger o Sebastião Salgado -"Una cámara solidaria que de repente hace añicos la imagen del mundo visto como un Gran Spot"-. Los inmigrantes -"Los verdaderos europeos, capaces de morir por llegar a Europa"-, los jóvenes -"Ahora ya sabemos dónde está la generación X: Ha sido apaleada en Génova"- o el terrorismo forman parte también de los porqués de Rivas.
El peor infierno
Para ilustrar su obsesión por las preguntas, Rivas recurre a una de las historias de Primo Levi narrada en un campo de concentración en el que fue testigo del empujón de un nazi a un anciano escuálido. "Fue como una emanación de la carne que le salió por la garganta cuando Levi le espetó al soldado 'por qué". La respuesta del agresor fue muy simple: "Aquí no hay porqués". Y es que Rivas cree que el peor infierno es vivir en un mundo en el que no hay porqués y que la peor dolencia del periodismo de ahora es "el cinismo y la indiferencia".
Absolutamente todos los textos reunidos en el libro han sido tocados y corregidos por Rivas. No sabe, por ejemplo, cuántas versiones ha escrito sobre Mujer en el baño y tiene claro que si vuelve a tocarlo encontrará nuevos argumentos para apoyar ese paseo por el arte contemporáneo que le llevó a reflexionar sobre la condición femenina. "Es la realidad la que te hace escribir. En este caso, el arte me llevó al compromiso. Al escribir no puedes ser cobarde, hoy más que nunca hay que luchar contra los miedos en una sociedad que sigue perjudicando a la mujer: el esclavismo, la ablación, el terrorismo doméstico, los rostros desfigurados de las novias indias o el aborto selectivo en China", añade el autor de Un millón de vacas. Para el escritor, que ganó el Premio Nacional de Narrativa y el de la Crítica, el problema radica en que vivimos en un mundo "dominado por Marte y donde Venus está siendo agredido todos los días. El escritor tiene a Venus y a Marte dentro, pero la mejor literatura es la que se mueve en el conflicto".
Pero no sólo Mujer en el baño es una historia de la que podría seguir escribiendo. Ya tiene nuevas imágenes sobre las que reflexionar y añadir al libro: el hermano de Bush levantando un rifle en la Convención Nacional del Rifle gritando "Viva la libertad" y el de una mujer palestina contemplando desolada un campo de naranjos arrasado por las excavadoras israelíes.
Rivas, autor de títulos como El lápiz del carpintero o Las llamadas perdidas, se mueve con éxito en todos los géneros literarios y periodísticos. Le gusta especialmente el reportaje, un género que obliga a "desposeerte" más que los artículos o las entrevistas. Para escribir sólo necesita tener nubes o el mar al alcance de la vista. Rivas, que ya trabaja en una nueva novela, cree que toda literatura es poética. "La poesía tiene que ver con la mirada y las mejores novelas son novelas poéticas, en cuanto que la escritura tiene una exaltación que no es sólo contar una historia".
Babelia
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